Todos nos ponemos de mal humor y, finalmente, salimos de él. La principal razón por la que nos cuesta salir más rápido es porque no podemos sacudirnos el mal humor si no somos conscientes de lo que lo está causando.
La próxima vez que te pongas de mal humor, no esperes simplemente a que la nube oscura se levante. Hay pasos que puedes dar para mejorar tu estado de ánimo, y el primero es averiguar qué lo está causando.
Aquí tienes 10 causas comunes del mal humor -y lo que puedes hacer para desterrarlas.
1. La culpa. Sentirse incluso ligeramente culpable puede tener un gran impacto en nuestro estado de ánimo. Olvidar el cumpleaños de alguien puede hacer que te sientas mal aunque te disculpes (pero seguro que no lo haces). La mejor manera de resolver los sentimientos de culpa es expiar tus acciones. Si sigues sintiéndote mal por el cumpleaños olvidado, tómate unos minutos para enviar una tarjeta de disculpa bonita y divertida, una tarjeta electrónica o un pequeño regalo. Ellos apreciarán el gesto y tú te sentirás mejor en cuanto hagas clic en enviar. (Vea Los cinco ingredientes de una disculpa efectiva)
2. Pequeños rechazos. Los rechazos son una herida emocional muy común, especialmente en la era de las redes sociales. (Ver Por qué los rechazos en las redes sociales pueden doler de verdad). Cuando publicas las fotos de tus vacaciones en Facebook o Instagram y nadie les da «Me gusta», puede escocer. Sin embargo, como no conoces las circunstancias, es importante no tomarse las cosas como algo personal. La gente suele consultar las redes sociales sobre la marcha; mientras espera el ascensor (o el médico), atascado en un semáforo (o en una reunión), o mientras está sentado en un autobús (o en el bote). Si alguien cercano no ha respondido, puedes asumir que estaba demasiado ocupado para hacerlo, y enviarle un texto o un mensaje pidiéndole que eche un vistazo a tus fotos si estás deseando compartirlas (o conseguir la respuesta que quieres).
3. Tareas pendientes. Nuestras listas mentales de tareas pendientes pueden quedarse en el fondo de nuestra mente, darnos la lata y bajar nuestro estado de ánimo. Pero no tienes que completar todas las tareas pendientes para mejorar tu estado de ánimo. Los estudios han descubierto que basta con hacer un plan para abordar las tareas para eliminar el fastidio mental y mejorar el estado de ánimo. Así que decide cuándo vas a hacer la tarea, establece un recordatorio en tu teléfono o pon un post-it, y observa cómo se aligera tu estado de ánimo.
4. Cavilar. Muchos de nosotros podemos quedarnos atascados reproduciendo escenas molestas que ocurrieron hace días, semanas o incluso meses. (Ver Los siete peligros ocultos de la melancolía.) Cuando un cortometraje perturbador sigue reproduciéndose en el fondo de tu mente, utiliza técnicas de distracción para reducir la intensidad y la frecuencia. Los estudios demuestran que incluso una distracción de dos minutos (como hacer un crucigrama o jugar al Candy Crush o al Sudoku) es suficiente para interrumpir el pensamiento angustioso y restaurar su estado de ánimo.
5. Tener un día de baja autoestima. Al igual que el proverbial bad hair day, a veces simplemente nos levantamos sintiéndonos mal con nosotros mismos, sin razón aparente. Nuestra autoestima tiende a fluctuar, pero también es importante apuntalarla cuando está baja. Por eso, cuando tu autoestima esté de capa caída, haz algo que te haga sentir bien contigo mismo. Haz ejercicio y libera endorfinas; ponte algo con lo que te sientas bien; planifica algo que te haga ilusión hacer; o llama a alguien que te aprecie de verdad y te haga sentir bien con lo que eres.
6. Temer el fracaso. Podemos preocuparnos por una maratón próxima, una presentación en el trabajo o un examen importante durante días o incluso semanas antes. Para salir de esa fijación, céntrate en las cosas que están bajo tu control: Reforzar tu trabajo de carretera, crear apoyo entre los compañeros siendo comprensivo y animando su trabajo (lo que hará más probable que ellos apoyen el tuyo), o hacer un calendario de estudio detallado puede ayudar a reducir el miedo al fracaso y el pésimo estado de ánimo que lo acompaña.
7. Sentirse desconectado. Podemos estar tan metidos en la vida que descuidamos nuestras necesidades emocionales y sociales y empezamos a sentirnos desconectados de las personas que nos rodean. Para superar esta sensación, llama a un ser querido o tómate un descanso y juega con tu mascota. Los estudios también han descubierto que incluso breves interacciones sociales con conocidos pueden mejorar el estado de ánimo. (Vea Por qué necesitamos todos los conocidos que podamos conseguir.)
8. Quedarse atrapado en pequeñas molestias. A medida que avanzamos en nuestra ajetreada vida, las pequeñas molestias -cargos incorrectos en una factura de teléfono, el servicio de cable estropeado, el coche parado- pueden exagerarse y arruinar nuestro estado de ánimo. Para restablecerlo, tome perspectiva y recuerde el panorama general. Utilice la pregunta de un año: ¿Es algo que recordará dentro de un año? Si no es así, no merece la pena enfadarse por ello. Para equilibrar aún más tu estado de ánimo, haz un rápido ejercicio de gratitud: Haz una lista de 5 cosas por las que estás agradecido que realmente importan: tus hijos están sanos, tienes un buen trabajo, tienes amigos que se preocupan, etc.
9. Hambre. Esta es bastante obvia, pero es increíble la frecuencia con la que nos olvidamos de tenerla en cuenta. Tener hambre impacta en nuestro estado de ánimo mucho más de lo que solemos pensar. Si hace tiempo que no comes… toma un tentempié.
10. Agotamiento. Esto también entra en la categoría de lo obvio, pero a menudo descuidado. Los niños no son los únicos que se ponen de mal humor cuando están cansados. Cuando no dormimos lo suficiente, esto impacta significativamente en nuestro pensamiento, creatividad y, especialmente, en nuestro estado de ánimo general. Si puedes, haz una siesta de 15 minutos. Incluso una breve siesta puede ser suficiente para recargar tus baterías y sacarte del letargo.
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