Diversidad de los gusanos planos
Los platelmintos se dividen tradicionalmente en cuatro clases: Turbellaria, Monogenea, Trematoda y Cestoda. La clase Turbellaria incluye principalmente especies marinas de vida libre, aunque algunas especies viven en agua dulce o en ambientes terrestres húmedos. La epidermis ventral de los turbelarios es ciliada, lo que facilita su locomoción. Algunos turbelarios son capaces de realizar notables hazañas de regeneración: pueden volver a hacer crecer el cuerpo entero a partir de un pequeño fragmento.
Los monogéneos son ectoparásitos, sobre todo de peces, con ciclos de vida sencillos que consisten en una larva que nada libremente y se adhiere a un pez para iniciar la transformación a la forma adulta parasitaria. Los gusanos pueden producir enzimas que digieren los tejidos del hospedador o simplemente pastar en el moco superficial y en las partículas de la piel.
Los trematodos, o trepadoras, son parásitos internos de los moluscos y de muchos otros grupos, incluidos los humanos. Los trematodos tienen ciclos de vida complejos que implican un hospedador primario en el que se produce la reproducción sexual y uno o más hospedadores secundarios en los que se produce la reproducción asexual. El huésped primario es casi siempre un molusco. Los trematodos son responsables de graves enfermedades humanas, entre ellas la esquistosomiasis, una plaga de la sangre.
Los cestodos, o tenias, son también parásitos internos, principalmente de vertebrados. Las tenias viven en el tracto intestinal del hospedador primario, quedando fijadas mediante una ventosa en el extremo anterior, o escólex, del cuerpo de la tenia. El resto de la lombriz solitaria se compone de una larga serie de unidades llamadas proglótidos. Cada una de ellas puede contener un sistema excretor con células de llama y estructuras reproductoras tanto femeninas como masculinas. Las tenias no poseen un sistema digestivo; en su lugar, absorben los nutrientes de la materia alimenticia que pasa a través de ellas en el intestino del hospedador.