Ser pelirrojo ha demostrado ser algo más que el color del pelo de alguien. La gente se refiere a nosotros de la misma manera que podría describir un grupo, una raza o una tribu. No sólo somos pelirrojos. Somos «pelirrojos». Y vaya que tenemos rasgos de personalidad únicos de los pelirrojos…
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Tan sensibles…
No sólo podemos llorar por el más mínimo gesto triste o sentimental, sino que también captamos la hilaridad dentro de la parte más ignorada de cualquier broma. Nos damos cuenta del esplendor de las rarezas de nuestros amigos, así como de la arcilla deformada de un cuenco hecho a mano. Incluso se ha determinado que parece que somos capaces de detectar el más mínimo ajuste de la temperatura antes que los demás.
¿Has oído también el mito de que los pelirrojos necesitan más anestesia? O que las pelirrojas sienten más dolor en el dentista?
Tan fogosas…
Debido a nuestra naturaleza sensible, podemos identificar la más mínima ocurrencia ofensiva de cualquier individuo maleducado. Además, tendemos a exteriorizar lo que sentimos en cada momento. Así que, naturalmente, cualquier alteración de esta delicada mezcla provoca reacciones en nuestro interior que tienden a ser un poco más EXPLOSIVAS que las de nuestros homólogos no pelirrojos.
Tan apasionados…
No sólo nos gusta, sino que adoramos. No sólo comemos, devoramos. No sólo nos movemos, bailamos. No sólo nos disgusta, sino que lo detestamos. No sólo miramos, sino que observamos. No sólo oímos, sino que escuchamos. No sólo lloramos, sino que sollozamos. No sólo lo intentamos, lo hacemos. No nos limitamos a gritar, sino que gritamos. No sólo sonreímos, sino que reímos. No sólo nos damos cuenta, sino que sentimos. No sólo respiramos, sino que vivimos.
Tan llamativas…
No es sólo el color único del pelo lo que nos hace destacar entre la multitud, sino también nuestra aura reflectante. El ambiente que rodea a una pelirroja emite una energía que puede provocar fuertes sentimientos en cualquier transeúnte. A veces ni siquiera tenemos que decir una sola palabra, y una persona que no conocemos ya ha hecho la suposición de que nos ama o nos odia.
Tan gratificante…
No se puede negar que cuando la gente está cerca de una pelirroja, experimenta una sensación de satisfacción de una forma u otra. Tiendo a pensar que es porque somos sensibles y podemos entender y apreciar realmente lo que otros tratan de transmitir. Y porque somos fogosos en nuestras respuestas, lo que parece ayudar a los demás a liberar cualquier emoción negativa reprimida. Y porque somos apasionados y lo damos todo con fervor en lo que hacemos. Y porque estamos lejos de ser discretos, lo que prácticamente proporciona la excusa para que otros también sean diferentes y destaquen a su manera.
Sí, los pelirrojos somos un grupo distintivo. Tenemos muchas facetas especiales dentro de nuestro espíritu. Podemos reprimir lo que somos, pero nadie puede ganar con eso. Hemos sido bendecidas, ¡y tenemos que brillar aún más que nuestro pelo!
Foto vía Pinterest
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