Kyle es un clásico complaciente con la gente. Lleva cuatro años saliendo con Lucy y espera casarse con ella. Desde el principio, Lucy ha tenido claro que quiere que Kyle vaya a la iglesia con ella y que termine la universidad. A Kyle no le interesa especialmente la iglesia y ni siquiera está seguro de creer en Dios, pero asiste todas las semanas. Ha suspendido la universidad en su primer año y sabe que no quiere volver. En lugar de decírselo a Lucy, pone excusas para no matricularse en las clases. Trabaja en la empresa de construcción de su padre. El padre de Kyle siempre ha hablado de que quiere que Kyle se haga cargo del negocio. Kyle se siente atrapado. Tiene miedo de decirle a su padre y a su novia lo que realmente quiere. De hecho, la mayor parte del tiempo ya ni siquiera sabe lo que quiere. Así que, a pesar de ser infeliz, es más fácil seguir la corriente que arriesgarse a la decepción de su padre o a que Lucy rompa con él.
Los complacientes son como camaleones, siempre tratando de pasar desapercibidos. Si son menos que perfectos, «difíciles’, o diferentes de alguna manera, temen el rechazo o el abandono. Ser un camaleón puede ser una habilidad de supervivencia en las relaciones inseguras.
¿Qué tiene que ver el agradar a la gente con el perfeccionismo?
El perfeccionismo consiste en aparentar ser perfecto por fuera. La mejor manera de hacerlo es ser un complaciente con la gente. Si averiguas lo que la gente quiere y se lo das, estarán contentos contigo. Mejor aún, te querrán, lo que demostrará que eres digno y adorable.
Hay seis problemas con la complacencia de la gente.
Problema #1: Es imposible complacer a todo el mundo
Has creado una situación imposible para ti mismo. Tratar de complacer a todo el mundo significa cumplir siempre, no quejarse ni estar en desacuerdo. Y todos conocemos a personas que son simplemente imposibles de complacer, aunque hagas exactamente lo que te piden.
Problema #2: Te pierdes a ti mismo
Al igual que Kyle, cuando te centras en intentar complacer a todo el mundo, pierdes de vista tus propios valores, objetivos y personalidad. Significa que nunca defiendes lo que crees ni vas tras tus propios sueños. La semana pasada escribí sobre el perfeccionismo en los hijos adultos de alcohólicos. La organización Adult Children of Alcoholics dice lo mismo: «…nos convertimos en complacientes con la gente, aunque perdimos nuestra propia identidad en el proceso». Tanto si eres hijo de un alcohólico como si no, tu verdadero yo queda enterrado cuando te conviertes en un complaciente de la gente.
Problema #3: Tu valor está ligado a complacer a los demás
Has llegado a creer que tienes que complacer a los demás o te rechazarán, te dejarán o te menospreciarán. Has creado una situación en la que te sientes indigno o poco querible cuando no complaces a los demás.
Problema #4: Dices que sí cuando realmente quieres decir que no
En tus esfuerzos por hacer felices a los demás, haces cosas por obligación y no por interés o deseo genuino. Puede ser hacerle un favor a un amigo, volver a prestarle dinero a tu hermano o aceptar trabajar el sábado.
Problema nº 5: Tus necesidades son las últimas
Estás tan ocupado en satisfacer las necesidades de los demás que las tuyas son las últimas (o no lo son en absoluto). Puedes intentar adormecerlas o fingir que no tienes necesidades, pero esto no funciona.
Problema #6: Te resientes cuando no se satisfacen tus necesidades
Todos tenemos necesidades y deseos. Algunas las puedes satisfacer tú mismo y otras se satisfacen en las relaciones con los demás. Tienes que comunicar tus necesidades siendo asertivo y estableciendo límites. De lo contrario, tus necesidades no se satisfacen y acabas resintiéndote.
Cómo dejar de intentar complacer a todo el mundo
- Intenta ir a una reunión de CoDA.
- Toma tratamiento para tu ansiedad. Complacer a la gente es una forma poco saludable de manejar tu ansiedad. A medida que cambias tus patrones de agradar a la gente, tu ansiedad probablemente aumentará. Te animo a que trabajes con un terapeuta o un médico.
- Identifica lo que necesitas y empieza a pedirlo.
- Ser asertivo no es egoísta.
- Establezca límites para que los demás no se aprovechen de su amabilidad o de su incapacidad para decir «no».
- Está bien tener conflictos con los demás. Expresar adecuadamente su descontento o desacuerdo es un signo de una relación sana y de una autoestima saludable.
- Practique haciendo cosas que le gusten: persiga un hobby o un interés, póngase al día con sus amigos.
- Pase tiempo a solas. Una vez que seas más independiente y te des cuenta de que estás bien por ti mismo, tendrás menos miedo al rechazo y al abandono.
Puedes aprender más sobre cómo superar la complacencia de la gente en mi libro electrónico, Navegando por el laberinto de la codependencia. Contiene ejercicios que utilizo con mis clientes para redescubrir quién eres, dejar de intentar complacer a todo el mundo, reducir los sentimientos de vergüenza y sentirte bien contigo mismo, comunicar tus pensamientos y necesidades de forma saludable y gestionar la ansiedad. Compra un ejemplar AQUÍ.
©2015 Sharon Martin.
Imagen cortesía de Annette Sousa en Unsplash.
Sharon Martin
Sharon Martin es psicoterapeuta, escritora, conferenciante y colaboradora de medios de comunicación sobre salud emocional y relaciones. Se especializa en ayudar a las personas a descubrir su valor inherente y aprender a aceptarse a sí mismas, ¡con imperfecciones y todo! Sharon escribe un popular blog llamado Conquering Codependency para Psychology Today y es autora de The CBT Workbook for Perfectionism: Evidence-Based Skills to Help You Let Go of Self-Criticism, Build Self-Esteem, and Find Balance (El libro de trabajo de la TCC para el perfeccionismo: habilidades basadas en la evidencia para ayudarte a dejar de lado la autocrítica, construir la autoestima y encontrar el equilibrio) y varios libros electrónicos, entre ellos Navigating the Codependency Maze (Navegando por el laberinto de la codependencia).