10 de marzo de 2020
¿Tú o alguien que conoces tiene mentalidad de víctima? Sentir que el mundo va a por ti o culpar a los demás de tus circunstancias y emociones son un par de primeros signos de esta mentalidad. Todo es siempre injusto y nunca es culpa de la víctima. Esta mentalidad llamará la atención de la persona, pero no le hace ningún bien a largo plazo.
Por supuesto, en la vida ocurren cosas malas, como agresiones sexuales o abusos, y en estos casos, la víctima tiene todo el derecho a culpar a la otra persona. Sin embargo, la mentalidad de una víctima difiere en que esta es la lente con la que la persona ve. En otras palabras, toda su vida gira en torno a la idea de que nunca ocurre nada bueno y que no merecen una vida feliz. Tienden a ver el mundo como un vaso medio vacío.
La mentalidad de víctima cree que nunca nada les sale bien y que la gente debería compadecerse de ellos. En cierto modo, es la excusa perfecta para no actuar ni responsabilizarse nunca de las decisiones, porque la culpa siempre se la pasan a otro.
«Hoy es un nuevo día. ¡No dejes que tu historia interfiera en tu destino! Deja que hoy sea el día en que dejes de ser una víctima de tus circunstancias y empieces a actuar hacia la vida que quieres. Tienes el poder y el tiempo para dar forma a tu vida. Libérate de la venenosa mentalidad de víctima y abraza la verdad de tu grandeza. No estás hecho para una vida mundana o mediocre!» – Steve Maraboli
Aquí tienes siete señales clave de una mentalidad de víctima:
1 – No asumir nunca la responsabilidad de las decisiones.
La mentalidad de víctima nunca se hace cargo de su vida porque le resulta más fácil culpar a los demás de sus malas decisiones. Ya sea que eso signifique quedarse atascado en un trauma del pasado como una forma de evitar el presente o compadecerse de sí mismo por una serie de malas decisiones, la víctima siempre encontrará una forma de evitar la responsabilidad. Todos tenemos pasados que nos han dejado cicatrices, pero para avanzar en la vida, debemos enfrentarnos a nuestros problemas. No podemos escapar de ellos utilizando nuestro pasado como excusa para no actuar.
2 – Culpar a todo el mundo menos a sí mismo de la desgracia.
Cuando ocurren una serie de eventos desafortunados, la víctima nunca buscará respuestas dentro de sí misma. En su lugar, culpan a su pasado, a sus padres, al trabajo, a la bolsa, a la economía, al mal tiempo, a las finanzas, a la hermana, a los amigos… lo que sea. Intentarán utilizarlo como excusa. Si te encuentras con alguien que nunca reconoce sus errores y en su lugar los achaca a los demás, probablemente tenga una mentalidad de víctima.
3 – Buscan la atención de los demás quejándose.
Las víctimas se alimentan de la atención, pero no de la buena. En lugar de hacer cosas positivas con su vida que promuevan reacciones positivas de los demás, prosperan en el caos y la negatividad. A sus ojos, cualquier atención es mejor que ninguna, ya que es la única forma que conocen de comportarse. Quejándose consiguen compasión y quizás consejos, lo que les hace sentirse seguros y cómodos con no cambiar nunca. La víctima siempre encontrará una excusa para seguir estancada al no pasar a la acción, pero quejándose de sus circunstancias.
4 – Piensas que los demás van a por ti a propósito.
A las víctimas les cuesta confiar en los demás y piensan que todos tienen algún tipo de plan. Juegan esta carta para que la culpa nunca recaiga sobre ellos. El mundo es un lugar hostil y aterrador a sus ojos, y los demás no podrían tener buenas intenciones. Constantemente tienen la guardia alta debido a su mentalidad negativa, nubla su juicio y los pone en modo de lucha o huida.
5 – Te sientes inferior a los demás de alguna manera.
Este sentimiento suele remontarse a tener una baja autoestima, ya que la víctima suele tener un pasado de problemas en la infancia. Es posible que sus padres no les hayan dado el tipo de amor o atención adecuados, o quizás hayan descuidado el refuerzo positivo. Como resultado, la víctima nunca se siente lo suficientemente buena y siempre debe buscar atención de forma negativa, ya que no sabe cómo construir relaciones positivas.
6 – La mentalidad de víctima reacciona de forma exagerada ante cualquier problema.
Las víctimas ven cada pequeño problema como el fin del mundo porque quieren tener algo de lo que quejarse. La mentalidad de víctima no sabe cómo lidiar con las cosas en un comportamiento calmado y racional, porque prosperaron en el caos a una edad temprana. La víctima reaccionará primero emocionalmente antes de intentar resolver los problemas con la lógica.
7 – Se sienten impotentes para tomar cualquier acción.
Como hemos dicho antes, la mentalidad de víctima a menudo deja a una persona que se siente estancada e insatisfecha con su vida. Puede que quieran un cambio pero no saben cómo llevarlo a cabo. Como resultado, recurren a culpar a los demás, a quejarse, a tener hábitos poco saludables y a otras habilidades negativas de afrontamiento.
Cómo una persona con mentalidad de víctima reclama el poder
Hemos hecho que las víctimas sean impotentes, pero sólo utilizan su poder de forma sutil. Por ejemplo, conseguir que los demás sientan pena por ti significa que podrías manipularlos para que sigan en una relación tóxica o para que te hagan recados. Podría hacer que los demás anden con pies de plomo a tu alrededor porque no quieren molestarte.
O bien, podría convencer a su pareja para que siga en una relación codependiente. La víctima suele desempeñar el papel de cuidador en una relación, ya que suele tener una baja autoestima y no cree merecer relaciones saludables. Sin embargo, la víctima suele utilizar su mala relación para culpabilizar a su pareja o tener una actitud de «pobre de mí».
Esta es también una táctica que los sociópatas y psicópatas utilizan en las relaciones. Por ejemplo, pueden menospreciar constantemente a su pareja, pero cuando ésta lo aborda, intentan darle luz de gas. Al final, la otra persona no sabe si sus recuerdos eran correctos o no porque la víctima quiere hacerla creer que está equivocada. El maltratador utiliza su mentalidad de víctima para justificar acciones horribles. Si estás en una relación con alguien así, no dudes en buscar ayuda. Todo el mundo merece sentirse seguro en su relación.
¿Por qué las víctimas actúan así?
La mayoría de las veces, la mentalidad de víctima comienza en la primera infancia. Quizás los padres enseñaron a sus hijos a actuar como víctimas quejándose del mundo todo el tiempo o teniendo una mentalidad negativa en general. El niño almacenaba mentalmente esto como una forma de llamar la atención de sus padres.
O bien, tenían un apego codependiente y poco saludable a sus padres. Puede que hayan tenido que cuidarlos mental o físicamente o que crean que tienen que hacerlos felices. Esto suele ocurrir cuando los padres tienen depresión o ansiedad graves. En los estilos de crianza sin apego, el niño cree que debe hacer felices a sus padres, y esto a menudo significa obtener atención de maneras poco saludables. El niño cree que debe ganarse el amor o actuar de forma enfermiza o débil para conseguir atención.
Desgraciadamente, algunos niños sufren abusos sexuales o verbales, lo que les hace sentirse indefensos. Esta impotencia aprendida se traslada a la edad adulta, y buscarán relaciones con personas que repitan estos patrones. A menudo se necesitan años de terapia para volver a entrenar la mente para evitar estas situaciones y restablecer los sistemas de creencias.
¿Qué debes hacer si eres tú quien tiene mentalidad de víctima?
Debido a que la mentalidad de víctima es un comportamiento aprendido, siempre se puede desaprender. Esto a menudo requiere terapia, pero las afirmaciones positivas y el diario pueden ayudar también. Recuerda que tú tienes el poder de controlar tu vida y que nadie más puede dirigir el barco por ti. Aprende a procesar los sentimientos que te mantienen en ese estado de víctima, y sigue adelante, sabiendo que te mereces lo mejor que la vida puede ofrecer.
Por otro lado, si otra persona en tu vida muestra este comportamiento, puede que quieras dar un paso atrás y reevaluar vuestra amistad. Es posible que necesiten sanar un poco, y siempre que lo reconozcan, entonces van en la dirección correcta. Sin embargo, si no ven nada malo en su comportamiento, probablemente sería mejor dejar atrás la amistad por tu propio bien.
Precisiones finales para reconocer la mentalidad de víctima
Ser una víctima en la vida es como prenderte fuego y esperar que la otra persona se queme. Al final sólo te perjudicará a ti, aunque estés echando la culpa a los demás. Asume la responsabilidad de tu vida, porque nadie lo hará por ti. Si quieres avanzar, procesa las emociones que puedas tener sobre el pasado, y luego déjalo ir. Céntrate en el presente, porque al fin y al cabo es lo único que tenemos cualquiera de nosotros.
Puede que los problemas serios deban ser trabajados en terapia, pero hacer ejercicios de autoayuda como llevar un diario, establecer objetivos, afirmaciones positivas e incluso la hipnosis puede hacer maravillas. La mente es a veces un campo de batalla, pero todo el mundo merece sentirse bien consigo mismo. Si quieres pasar de la mentalidad de víctima, recuerda que tienes el poder de hacerlo en cualquier momento, y puedes girar tu vida en la dirección que elijas.