La alcachofa, (Cynara cardunculus, variedad scolymus), también llamada alcachofa de globo o alcachofa francesa, gran planta perenne parecida a un cardo de la familia de las asteráceas (Asteraceae) que se cultiva por sus botones florales comestibles. Las gruesas brácteas y el receptáculo de la cabeza de la flor inmadura, conocido como corazón, son un manjar culinario. El sabor de la alcachofa es delicado y parecido al de la nuez, y las cabezas más pequeñas, o capullos, suelen ser las más tiernas. Las cabezas de alcachofa se sirven como verdura caliente con una salsa o como ensalada fría o aperitivo.
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La alcachofa, originaria del Mediterráneo occidental y central, fue domesticada y llevada al Mediterráneo oriental en la antigüedad, aunque entonces se valoraba más por sus hojas jóvenes que por los capítulos florales inmaduros. La forma de flor comestible se registró por primera vez en Italia alrededor del año 1400, y hoy en día se cultiva ampliamente en los países mediterráneos, en América y en otras regiones con el suelo rico necesario y el clima suave y húmedo.
Las plantas de alcachofa tienen hojas grandes y profundamente dentadas que crecen hasta un metro (tres pies) de largo y que mueren cada año después de la formación de las flores. Las plantas producen rosetas de tallos florales robustos y ramificados con cabezas de flores de color púrpura. Al cabo de entre cuatro y ocho años, el grupo de rosetas se apelmaza y el tamaño y la calidad de las cabezas se reducen. La planta se renueva entonces plantando divisiones de la corona de rosetas o vástagos enraizados. Aunque las cabezas florales maduras producen semillas, las plántulas no se parecen necesariamente a la variedad de la planta madre, por lo que se prefiere la propagación vegetativa.
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La alcachofa de Jerusalén (Helianthus tuberosus) se cultiva por sus tubérculos comestibles y no se parece a la alcachofa.