- El 30/03/2019
- En la cultura turca
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Hay una curiosa ironía en esta asociación entre el fez y Turquía, ya que su uso fue prohibido en su día, en 1925, por el primer presidente del país, Mustafa Kemal Atatürk. Como occidentalizador, consideraba el fez un vestigio del pasado otomano que distinguía a los ciudadanos turcos de los europeos, a los que esperaba emular. A partir de entonces, los turcos debían llevar los sombreros y gorras del mundo occidental.
Entonces, ¿qué representa realmente el fez? ¿Cómo llegó a la historia de Turquía?
El uso del fez se originó en el Imperio Otomano durante el siglo XIX. Este periodo fue de grandes cambios para los otomanos, que emprendieron un ambicioso programa de reformas para hacer frente a las preocupaciones sobre la debilidad militar y la fortaleza y estabilidad de su estado. Comenzaron a tomar prestado de Europa, copiando a los ejércitos occidentales y adoptando nuevas ideas sobre el gobierno y la pertenencia nacional.
Este préstamo también tuvo un impacto en la vestimenta otomana. Los soldados y los sultanes adoptaron uniformes de estilo francés, mientras que los funcionarios del gobierno y los empleados públicos llevaban brillantes zapatos europeos, trajes, corbatas y camisas almidonadas. Sin embargo, con todas las influencias culturales europeas llegó otra novedad, algo exclusivamente otomano. Esta innovación llegó en forma de fez.
Hombre con fez en el Imperio Otomano
El fez fue un paso de gigante para los otomanos. Desde el siglo XVI, las leyes regulaban la vestimenta en el imperio; distinguían a los súbditos no musulmanes del sultán, principalmente cristianos y judíos, de sus homólogos musulmanes. En 1829, cuando el sultán Mahmud II decidió que todos los funcionarios otomanos llevarían el fez, independientemente de su religión, todo esto cambiaría. Como declaró Mahmud II en una ocasión: «A partir de ahora no quiero reconocer a los musulmanes fuera de la mezquita, a los cristianos fuera de la iglesia ni a los judíos fuera de la sinagoga». El fez, por su parte, se convirtió en un símbolo de ciudadanía secular y podía ser llevado por todos los hombres otomanos, estaba destinado a unir a todos los súbditos del sultán.
Así que ahí está, esos sombreros rojos redondos que tan a menudo disfrutamos, nos parecen cómicos, exóticos o interesantes, representaron en su día un profundo cambio en la historia del Imperio Otomano. Representaban la ciudadanía y un nuevo ideal otomano de largo alcance de unidad nacional en una época de angustia e incertidumbre.