Amenazas penales

Aunque la Constitución garantiza el derecho a la libertad de expresión, ese derecho no es absoluto. La ley ha reconocido durante mucho tiempo limitaciones específicas cuando se trata de la expresión, como las prohibiciones contra la calumnia y la difamación. En algunas situaciones, la expresión puede incluso constituir un delito, como en el caso de las amenazas criminales. Una amenaza criminal, a veces conocida como amenaza terrorista, acoso malicioso, o por otros términos, ocurre cuando alguien amenaza con matar o dañar físicamente a otra persona.

Comunicación

Una amenaza criminal implica que una persona amenace a otra con daño físico. La amenaza debe ser comunicada de alguna manera, aunque no necesariamente tiene que ser verbal. Una persona puede hacer una amenaza a través de un correo electrónico, un mensaje de texto o incluso a través del lenguaje corporal no verbal, como gestos o movimientos. Sin embargo, algunos estados requieren amenazas escritas o verbales, y en esos estados los gestos no son suficientes.

Miedo e intención

Las amenazas criminales se hacen con la intención de poner a alguien en el temor de lesiones o muerte. Sin embargo, no es necesario que la víctima experimente realmente miedo o terror. Más bien, lo que importa es la intención de la persona que hace la amenaza. La intención de una persona que hace amenazas se determina generalmente por las circunstancias que rodean el caso.

Especificidad y razonabilidad

No se puede cometer una amenaza criminal si la amenaza es vaga o irrazonable. La amenaza debe ser capaz de hacer que las personas que la escuchan sientan que pueden ser dañadas, y concluir que la amenaza es creíble, real e inminente. Si, por ejemplo, usted amenaza con hacer estallar el mundo a menos que el camarero no le traiga su bebida inmediatamente, ninguna persona razonable que la escuche creerá que la amenaza es real. Por otro lado, si entra en una tienda con una pistola y amenaza con disparar a la dependienta a menos que le devuelva el dinero, dicha amenaza es creíble y específica.

Asalto

El delito de asalto, en algunos estados, es muy similar a las amenazas criminales. Una agresión se produce cuando una persona intenta herir físicamente a otra, o utiliza amenazas de fuerza acompañadas de acciones amenazantes. Las palabras por sí solas no suelen ser suficientes para cometer una agresión, y normalmente se requiere algún tipo de acción física. Por ejemplo, amenazar con dar un puñetazo a alguien no suele ser una agresión. Sin embargo, hacer las amenazas y luego acercarse a la persona de forma amenazante sí se considera agresión. Así, la misma conducta que se considera una amenaza criminal en un estado puede ser clasificada como una agresión en otro.

Penas

Un tribunal puede imponer varias penas posibles a alguien que fue condenado por hacer amenazas criminales. Dependiendo del estado, una amenaza criminal puede ser acusada como un delito menor o un delito grave. Mientras que los delitos graves son más serios que los menores, cualquiera de ellos puede resultar en encarcelamiento, multas y otras penas.

  • Prisión o cárcel. Cualquier persona condenada por hacer una amenaza criminal se enfrenta a un tiempo sustancial en la cárcel o prisión. Una condena por un delito menor puede resultar en hasta un año en la cárcel del condado, mientras que las condenas por delitos graves pueden imponer sentencias de cinco años o más. En algunos casos, una amenaza terrorista puede dar lugar a una sentencia que dure décadas.
  • Multas. La multa por realizar amenazas criminales también varía según el estado y las circunstancias del caso. Una condena por delito menor puede conllevar una multa de hasta 1.000 dólares, aunque en algunas situaciones es posible que sea mayor. Las condenas por delitos graves pueden tener multas que superan los 10.000 dólares.
  • Prueba. Un tribunal puede sentenciar a alguien condenado por hacer amenazas criminales a la libertad condicional. La libertad condicional suele durar al menos 12 meses, durante los cuales debe cumplir con condiciones específicas de libertad condicional. Las condiciones comunes incluyen mantener el empleo, pedir permiso al tribunal o a su oficial de libertad condicional antes de mudarse o salir del estado, y no cometer más delitos.
    • Hable con un abogado

      Ser acusado de hacer una amenaza criminal es una situación muy seria. Es necesario hablar con un abogado de defensa penal cada vez que se le acuse de un delito, especialmente uno tan grave como hacer amenazas criminales. Las leyes difieren significativamente entre los estados, aunque cualquier condena impondrá consecuencias significativas. Nunca debe enfrentarse a una acusación penal sin la ayuda de un abogado de defensa penal local que tenga experiencia con el sistema de justicia penal de su zona. Un abogado de la zona que conozca los tribunales y fiscales locales, y que entienda los requisitos legales de las leyes de amenazas penales de su estado, es la única persona cualificada para asesorarle sobre su caso.

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