Arconte

Arconte, en el gnosticismo, cualquiera de una serie de poderes que gobiernan el mundo y que fueron creados con el mundo material por una deidad subordinada llamada Demiurgo (Creador). Aunque el gnosticismo no constituyó un único movimiento, la mayoría de los gnósticos eran dualistas religiosos que sostenían que la materia es inferior y el espíritu es bueno y que la salvación se alcanza mediante el conocimiento esotérico, o gnosis.

Debido a que los gnósticos de los siglos II y III consideraban el mundo material como un mal absoluto o como el producto del error, los Arcontes eran vistos como fuerzas maléficas. Eran 7 o 12 y se identificaban con los siete planetas de la antigüedad o con los signos del zodiaco. Algunos pensadores gnósticos, como Valentín, desarrollaron mitologías inspiradas en la idea cristiana de la salvación a través de la Encarnación de Cristo. En estas narraciones, el Demiurgo y los Arcontes se identificaban con el Dios, los ángeles y la Ley del Antiguo Testamento y, por tanto, recibían nombres hebreos. La imagen recurrente de los Arcontes es la de carceleros que aprisionan la chispa divina en las almas humanas cautivas en la creación material. Según algunas mitologías, el propósito de la gnosis enviada desde los reinos de la luz divina más allá del universo, a través de la emanación divina (eón) Cristo, era permitir a los iniciados gnósticos pasar a través de las esferas de los Arcontes a los reinos de la luz.

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