Artrosis

La artrosis puede surgir por diversas causas. Una malformación congénita o la debilidad de las articulaciones pueden hacer que el cartílago se disuelva y que el hueso cambie como resultado. Una de las causas de la artrosis pueden ser las consecuencias a largo plazo de un accidente, ya sea deportivo, laboral o de tráfico. Sin embargo, la causa principal del desgaste articular es la tensión excesiva a largo plazo sobre las articulaciones y el movimiento incorrecto.

Síntomas de la artrosis

En el caso de la artrosis, son posibles el dolor, la inflamación y la limitación de la movilidad de los músculos circundantes. No es infrecuente que en el curso de la enfermedad se asocien empujes inflamatorios y engrosamiento de las zonas afectadas. Además de las manos y las caderas, las rodillas son especialmente susceptibles de sufrir artrosis. El dolor y la inflamación de la rodilla suelen aparecer como síntomas concomitantes. La tensión o las lesiones articulares previas también pueden ser causas. Además, los desajustes axiales o las inflamaciones pueden ser responsables del desgaste del cartílago. A menudo, los síntomas no aparecen de forma aguda, sino que se desarrollan gradualmente. Son frecuentes los dolores continuos en reposo y bajo tensión, la disminución de la capacidad de caminar y la rigidez.

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