Por Genevieve Cunningham
Dolor de espalda, dolores de cabeza y calambres en el cuello. Probablemente ya haya oído que el quiropráctico es un medio excelente para librar a su cuerpo de estas dolencias. Pero lo que quizá no sepa es que el cuidado quiropráctico también es beneficioso para muchas otras dolencias del cuerpo. Los trastornos de la articulación temporomandibular (¡diga eso tres veces rápido!) están entre los muchos problemas en los que un quiropráctico puede ayudar. Pero, ¿qué es esta dolencia y cómo puede saber si la padece? Echa un vistazo a los detalles de la ATM y cómo un quiropráctico puede ser capaz de ayudar a tratar el malestar que viene con él.
¿Qué es la ATM?
La ATM es el nombre abreviado de los trastornos de la articulación temporomandibular. Describe un grupo de trastornos en los que el punto de conexión entre la mandíbula y el cráneo se vuelve doloroso e inflamado. La causa del trastorno puede variar mucho y, en algunos casos, no se descubre ninguna causa conocida.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la ATM pueden variar mucho de una persona a otra, pero algunos de los problemas más típicos son bastante comunes entre la mayoría de los afectados. Estos síntomas pueden incluir dolor en la mandíbula, problemas para masticar o hablar, dolores de cabeza y dolor de cuello. En algunos casos, el paciente también puede experimentar un poco de mareo. Dado que otras dolencias pueden causar problemas similares, es importante ser visto por un profesional.
¿Cómo puede ayudar un quiropráctico?
Los quiroprácticos pueden ayudar con la ATM aliviando la tensión y la disfunción en la columna vertebral. Al aliviar esta disfunción, los quiroprácticos reducen la presión sobre varios nervios, lo que alivia el dolor asociado a la ATM. Muchas personas que padecen ATM necesitan cuidados continuos para mantener alejados el dolor y otros efectos secundarios. Pero con viajes regulares al quiropráctico, muchos enfermos de esta condición encuentran un alivio continuo de esta dolencia particular.
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