La compresión aislada del nervio supraescapular es una entidad rara, que rara vez se considera en el diagnóstico diferencial del dolor de hombro. Suele haber atrofia de los músculos supraespinoso e infraespinoso, lo que provoca un debilitamiento de la abducción y la rotación externa del hombro. La mayoría de los pacientes no notan la paresia, pero se quejan de un dolor sordo y ardiente en la región dorsal del hombro. En una lesión proximal (a nivel del ligamento escapular transversal superior) la electromiografía revela cambios en ambos músculos, mientras que en una lesión distal (escotadura espinoglenoidea) sólo el infraespinoso muestra una patología. Entre 1996 y 2001 diagnosticamos un atrapamiento supraescapular aislado en nueve pacientes. Siete pacientes fueron operados: Se extirpó el ligamento y se neurolizó el nervio. La edad media era de 36 años. Todos los pacientes presentaban hallazgos patológicos en la exploración electrofisiológica y clínica. Cinco pacientes tenían una atrofia de ambos músculos de la escápula, dos mostraban sólo atrofia del músculo infraespinoso (uno con un ganglio en el curso distal del nervio). Se realizó un seguimiento de seis pacientes. Todos mostraron una mejora. El dolor desapareció y todos los pacientes pudieron volver a sus actividades laborales y deportivas. El examen electrofisiológico realizado un año después de la operación reveló una velocidad de conducción nerviosa normal. Sin embargo, el número de unidades motoras se redujo a la mitad en comparación con el lado sano. Las lesiones sin antecedentes de traumatismo suelen estar causadas por movimientos o posturas repetitivas. El levantamiento de pesas, el voleibol y el tenis favorecen el atrapamiento. En raras ocasiones se describe una lesión (idiopática o debida a una compresión externa) en pacientes operados. Los pacientes con un ganglio o una causa definida de compresión deben ser operados, los pacientes que se presentan sin una razón definida de compresión deben ser tratados en primer lugar de forma conservadora. La fisioterapia, la medicación antiflogística y la evitación del movimiento desencadenante del dolor pueden mejorar los síntomas. Sin embargo, si la atrofia muscular es evidente, una operación está indicada desde nuestra experiencia.