La Semana Mundial de la Lactancia Materna trata de celebrar el maravilloso acto de amamantar. Los beneficios nutricionales de la leche materna son bien conocidos, pero también tiene multitud de otras propiedades positivas. Las madres están experimentando con formas únicas de utilizar su leche materna, incluyendo chupetes para la dentición y baños de leche materna.
Aunque bañarse en leche ha sido durante mucho tiempo parte de una lujosa rutina de cuidado de la piel (¡eh, Cleopatra!), los baños de leche materna podrían parecer un fenómeno bastante nuevo, aunque como limpiador y desinfectante natural, es probable que esto haya ocurrido a lo largo de la historia. Sin embargo, con las búsquedas en Google de «baños de leche materna» alcanzando un pico de diez años este verano, y las mamás blogueras de todo el mundo defendiendo sus beneficios, está claro que los baños de leche materna están llegando a la corriente principal.
Los múltiples beneficios de los baños de leche materna
¿Pero por qué tantas madres se plantean ahora los baños de leche materna? La leche materna está formada por varios componentes, con tantas propiedades curativas que fácilmente podría estar leyendo la lista de ingredientes de una costosa gama de productos para el cuidado de la piel. Esto hace que los baños de leche materna no sólo sean una forma increíble de utilizar el excedente de leche, sino que son extremadamente beneficiosos para la piel de su bebé.
La leche materna contiene ácido palmítico, un ácido graso saturado que es un brillante humectante natural, por lo que es ideal para mantener la piel de tu bebé súper suave. También contiene ácido oleico, que cura la piel seca y combate los signos de envejecimiento, ¡lo cual no es motivo de preocupación para tu pequeño! También puedes encontrar ácido vaccénico, que protege y nutre la piel, y ácido linoleico que aclara las manchas y minimiza la inflamación.
Pero la leche materna no sólo es un maravilloso hidratante natural, sino que también puede utilizarse para tratar afecciones cutáneas más específicas. Mientras que el acné puede parecer algo que dejamos atrás en nuestra adolescencia, un bebé puede realmente tener granos debido a que las hormonas de la madre todavía están en su cuerpo desde el embarazo. Por suerte, la leche materna puede ayudar con el acné del bebé, ya que contiene ácido láurico, que tiene propiedades antibacterianas y también se puede encontrar en el aceite de coco, el favorito de los bloggers de belleza.
La leche materna también contiene anticuerpos de inmunoglobulina A que combaten las bacterias y curan las infecciones. Esto hace que sea una gran cura natural para cualquier quemadura menor, raspaduras, cortes e incluso picaduras de insectos. Estos anticuerpos también son antiinflamatorios, perfectos para tratar afecciones comunes como la dermatitis del pañal. Los baños de leche materna no sólo alivian la irritación inicial, sino que, si se utilizan con regularidad, también pueden eliminar la dermatitis del pañal de forma rápida y natural.
Aunque los datos científicos ilustran las diversas propiedades curativas de la leche materna, son las historias reales de las madres las que ilustran su eficacia. Madres de ambos lados del Atlántico han compartido su experiencia con los baños de leche materna, y muchas de ellas afirman que es un remedio natural que resuelve problemas como el eczema y la costra láctea, y que tiene éxito cuando las cremas y los medicamentos caros no lo consiguen.
Cómo bañar a tu bebé con leche materna
Bañar a tu bebé con leche materna es tan fácil como darle un baño diario. Simplemente llena la bañera con agua tibia como lo harías normalmente y luego añade la leche materna. Puedes utilizar leche recién extraída o leche congelada, una vez descongelada. Como el bebé no se toma la leche, puedes utilizar leche materna que esté ligeramente caducada, siempre que no huela mal.
A la hora de calcular la cantidad de leche que se va a poner en la bañera, una regla general es que sea suficiente para enturbiar el agua: entre 150 ml y 300 ml suele ser una buena cantidad. Si le sobra leche de la extracción puede, por supuesto, añadir un poco más, pero tenga cuidado, su bebé puede oler un poco a leche si utiliza demasiada, así que esté atento (o atenta).
Una vez que tu bebé esté en el agua, puedes dejarle en remojo durante unos 10-15 minutos, para que su piel pueda absorber realmente todos los nutrientes de tu leche. Baña a tu bebé como lo harías habitualmente, usando tus manos para que gotee el agua sobre él. Si tiene sarpullidos, costras u otras afecciones cutáneas que requieran atención, dedica un poco más de tiempo a asegurarte de que les llega abundante agua de baño. Una vez que hayas terminado de bañar a tu bebé, no hace falta que lo aclares, simplemente sécalo con una toalla y utiliza una loción segura para bebés para retener la humedad y los nutrientes. Algunas madres han descubierto que añadir ingredientes adicionales, como la leche de avena, al baño de leche materna puede ayudar con ciertas afecciones de la piel, como el eczema.
La frecuencia con la que debes bañar a tu bebé con leche materna depende realmente de la frecuencia con la que lo bañes normalmente, pero también de si tiene o no algún problema de piel que estés intentando tratar. Si quieres darle a tu bebé baños de leche materna, una o dos veces por semana debería ser suficiente para que se beneficie de las propiedades curativas de tu leche.
Los beneficios de la leche materna son prácticamente infinitos. Desde fortalecer el sistema inmunológico hasta curar afecciones de la piel, ¿hay algo que tu líquido mágico no pueda hacer?