Puede que a tu dentista no le guste, pero si eres como la mayoría de los estadounidenses, te encantan las palomitas. El estadounidense medio come 17 galones de palomitas de maíz al año. Ya sea en un partido de béisbol, en el cine o en casa con los amigos, las palomitas son simplemente las mejores. Pero, ¿ha pensado alguna vez por qué las palomitas, bueno, revientan? Para ayudarnos a responder a esta pregunta deliciosamente intrigante, recurrimos a nuestros amigos de Wonderopolis.
En primer lugar, no todo el maíz puede ser palomitas. Hace falta un tipo de maíz muy especial para que pase de ser un grano a una delicia ligera y aireada. Lo que convierte a un grano duro de palomitas precocidas tiene que ver con la ciencia. Cuando el agua se calienta demasiado, se convierte en vapor y se expande. Al no tener escapatoria, el vapor empieza a crear presión. Entonces, ¿hay agua dentro de un grano de palomitas? Según Wonderopolis:
«Dentro de cada grano de palomitas hay una pequeña gota de agua rodeada por una cáscara dura llamada casco. Cuando las palomitas se calientan, el agua se convierte en vapor, lo que aumenta la presión dentro del grano. Cuando la cáscara ya no puede contener la presión -¡POP! – el grano explota, y nace un nuevo y esponjoso trozo de palomitas.»
Se produce muy rápido, que es lo que crea el sonido de estallido. Quieres ver cómo se ve el maíz que estalla en cámara lenta? Por supuesto que sí.
¡Así de genial!
Este tipo de maíz único se originó en las Américas. Cuando los exploradores europeos llegaron a lo que hoy es América del Norte, vieron que los aztecas hacían tocados con palomitas y las utilizaban en las festividades. Algunos historiadores creen que incluso se sirvieron palomitas en el primer Día de Acción de Gracias
La próxima vez que estés a punto de coger un puñado de esta golosina, recuerda cómo una diminuta gota de agua puede convertirse en vapor y éste en palomitas. La ciencia puede ser tan sabrosa a veces.