¿Qué piensas cuando escuchas «sal y vinagre»? ¿Patatas fritas? ¿Aliño para la ensalada? ¿Marinada? Sea cual sea el alimento que te venga a la mente, normalmente se trata del sabor, pero ¿sabías que estos dos alimentos básicos pueden ser potencias nutricionales en tu cocina?
La sal o el cloruro de sodio puede ser un tema controvertido. Muchos expertos en salud nos dicen que debemos reducir o incluso eliminar la sal de nuestra dieta. Y tienen razón…. más o menos. Todo depende de la calidad.
Necesitamos la sal; es esencial para nuestra salud y moriríamos sin ella. Es necesaria para el equilibrio electrolítico, el sistema nervioso, el sistema circulatorio, la función suprarrenal, el metabolismo celular y para ayudar a digerir los carbohidratos y las proteínas. También añade un sabor fantástico a nuestros alimentos.
Mucha gente utiliza en casa sal de mesa refinada comercialmente, al igual que los restaurantes y los fabricantes de alimentos procesados. Este tipo de sal está altamente procesada mediante el uso de altas temperaturas que eliminan o destruyen los oligoelementos esenciales que la sal contiene de forma natural. Luego se blanquea y se le añaden aditivos como antiaglomerantes y otras sustancias químicas nocivas para que fluya. Este tipo de sal supone una pesada carga para nuestro cuerpo y puede provocar problemas de salud como retención de líquidos, hipertensión arterial, enfermedades renales y cardíacas.
La sal sin refinar, en cambio, tiene más de 80 oligoelementos, entre los que se encuentran el magnesio, el calcio y el potasio, que nuestro cuerpo necesita para gozar de buena salud. Algunas buenas opciones de sal sin refinar son la sal marina celta, que se recoge tradicionalmente a mano en la costa de Bretaña, Francia, o la sal del Himalaya, que se extrae del Himalaya.
TIP: Añada una pequeña pizca de sal sin refinar y un chorrito de limón a un litro de agua. Esto hace una gran bebida de reemplazo de electrolitos para los entrenamientos, los días calurosos, cuando se recupera de una enfermedad, o simplemente en cualquier momento.
El vinagre es menos controvertido que la sal, pero el uso de vinagre de mejor calidad todavía puede tener un gran impacto en su salud. Hay muchos beneficios para la salud atribuidos al vinagre y ha sido un elemento básico en muchos remedios populares tradicionales durante cientos de años. Algunos de estos beneficios están siendo probados científicamente y otros simplemente están respaldados por cientos de años de uso.
Busque vinagres crudos, sin filtrar y fermentados naturalmente. Otros vinagres pueden ser filtrados, destilados y desnaturalizados mediante altas temperaturas y disolventes químicos.
El vinagre de sidra de manzana crudo y sin filtrar, elaborado mediante la fermentación de manzanas, es la estrella en lo que a vinagres se refiere. Durante el proceso de fermentación, las levaduras y las bacterias descomponen el azúcar en alcohol y luego en vinagre. El vinagre crudo, sin filtrar, viene con «la madre» – un residuo turbio en el fondo de la botella que contiene enzimas activas y prebióticos que pueden ayudar en el proceso digestivo.
El vinagre de sidra de manzana se utiliza comúnmente como una ayuda digestiva donde estimula la producción de ácido clorhídrico haciendo que los alimentos se descompongan más eficientemente en el estómago y dando lugar a menos indigestión, gases e hinchazón. Estudios recientes demuestran que también puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre. Externamente se utiliza para aliviar las quemaduras solares, las picaduras de insectos, las picaduras de abejas, la caspa, el acné y el pie de atleta.
Pruebe esta receta que contiene sal sin refinar y vinagre de sidra de manzana – Aderezo de ensalada curativo básico
