Incluso los tomates maduros y jugosos pueden dar lugar a una salsa con un toque ácido indeseable. Las soluciones sencillas a este problema requieren sólo unos segundos de su tiempo y enmascaran el sabor ácido o cambian el equilibrio químico de la salsa para hacerla deliciosa.
Neutraliza el ácido
El bicarbonato de sodio es la primera de varias herramientas para ayudar a neutralizar el ácido. Espolvoree un cuarto de cucharadita por la superficie de la salsa, esperando a que el bicarbonato burbujee y reaccione antes de probar la salsa. Dependiendo de la cantidad de ácido y del tamaño del lote de salsa de tomate, es posible que tenga que añadir más, pero empiece con poco y vaya aumentando. Este método cambia el pH de la salsa; utilice sólo una pequeña cantidad cada vez. Demasiado bicarbonato de sodio le da a la salsa un sabor indeseable que no puedes revertir.
Suaviza
La mantequilla suele servir para suavizar los tonos ácidos de una salsa de tomate. Añada un poco de mantequilla a la salsa. La cremosidad de la mantequilla puede cubrir el sabor ácido por sí sola; también puede combinarla con otros métodos para minimizar la acidez de la salsa. Dependiendo del grado de acidez, la mantequilla puede o no proporcionar el cambio necesario por sí sola.
Dulce
También puedes enmascarar la acidez de la salsa de tomate con azúcar. La cantidad de azúcar que necesitas varía según el tamaño del lote y el grado de acidez. Empieza con una cucharadita y ve añadiendo un poco más de forma gradual hasta que consigas el sabor deseado.
Tira
En algunos casos, la naturaleza ácida de los tomates o un tiempo de cocción prolongado que concentra los ácidos hace imposible salvar una salsa. Evite cocinar la salsa de tomate durante más de 30 minutos para evitar que se evapore demasiado líquido y se concentren los ácidos en la salsa en primer lugar. Una combinación de tipos de tomate, condiciones de cultivo y madurez pueden contribuir a una salsa demasiado ácida; a veces, simplemente no puede deshacerse del sabor indeseable y debe desechar la salsa.