República Alimentaria20 de mayo, 2013
A veces necesitas una tostada y no tienes una tostadora: es uno de esos simples hechos de la vida. ¿Por qué necesitas una tostada? Uh, ¿huevos? ¿Todas las demás cosas que están mejor en y/o con una tostada? No hay más preguntas, vayamos al grano.
No todo el mundo tiene una tostadora, ya sea por falta de espacio (esas sí que ocupan espacio para un poni de un solo truco), por falta de interés en gastar 30 dólares en un electrodoméstico (vamos) o por pura pereza. Aquí tienes tres formas de hacer tus tostadas y comértelas también:
- Invierte en una tostadora de camping, un aparato de 5 dólares que se pliega en nada y tuesta no dos sino CUATRO rebanadas a la vez. El pan pre-cortado es el camino a seguir aquí – cualquier cosa más rústica se tostará de manera desigual (pero eso realmente nunca nos molesta). Cargue el aparato con el pan y colóquelo sobre una llama muy baja en la estufa durante unos minutos. Nota: Si sólo tienes una estufa eléctrica, prueba las opciones 2 o 3.
- Coloque el pan directamente en las rejillas del horno y ase a fuego lento durante aproximadamente un minuto o un minuto y medio por cada lado, más si le gustan las tostadas crujientes.
- Caliente una sartén pesada sin aceite ni mantequilla a fuego medio-alto. Deja caer el pan en ella, deja que esté crujiente durante 1 o 2 minutos, luego dale la vuelta y repite la operación.
Aquí tienes unas cuantas recetas para celebrar tu fabulosa nueva habilidad en la cocina:
- Tostadas de aguacate y chorizo
- Setas endiabladas sobre tostadas
- Huevos escalfados con trufa y tostadas
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