De noche, los murciélagos se lanzan en picado por el aire, atrapando cientos de insectos y otros pequeños animales. Pero durante el día, apenas se mueven. En su lugar, los murciélagos pasan el tiempo colgados boca abajo en un lugar aislado, como el techo de una cueva, la parte inferior de un puente o el interior de un árbol hueco.
Hay un par de razones diferentes por las que los murciélagos se posan de esta manera. En primer lugar, les sitúa en una posición ideal para despegar. A diferencia de las aves, los murciélagos no pueden lanzarse al aire desde el suelo. Sus alas no producen suficiente sustentación para despegar desde un punto muerto, y sus patas traseras son tan pequeñas y están tan poco desarrolladas que no pueden correr para adquirir la velocidad de despegue necesaria. En lugar de ello, utilizan sus garras delanteras para subir a un lugar alto y, a continuación, se lanzan a volar. Durmiendo boca abajo en un lugar alto, tienen todo preparado para despegar si necesitan escapar del dormidero.
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Colgarse boca abajo es también una gran forma de esconderse del peligro. Durante las horas en que la mayoría de los depredadores están activos (sobre todo las aves de presa), los murciélagos se reúnen donde pocos animales pensarían en mirar y la mayoría no puede llegar. Esto les permite desaparecer del mundo hasta que llega de nuevo la noche. También hay poca competencia por estos lugares de percha, ya que otros animales voladores no tienen la capacidad de colgarse boca abajo.
Los murciélagos tienen una adaptación fisiológica única que les permite colgarse de esta manera sin ejercer ninguna energía. Si quieren cerrar el puño en torno a un objeto, deben contraer varios músculos del brazo, que están conectados a los dedos por tendones. Cuando un músculo se contrae, tira de un tendón, que tira de uno de tus dedos para cerrarlo. Las garras de un murciélago se cierran de la misma manera, salvo que sus tendones están conectados sólo a la parte superior del cuerpo, no a un músculo. Para colgarse boca abajo, un murciélago vuela hasta su posición, tira de sus garras para abrirlas con otros músculos y encuentra una superficie a la que agarrarse. Para que las garras se agarren a la superficie, el murciélago simplemente deja que su cuerpo se relaje. El peso de la parte superior del cuerpo tira hacia abajo de los tendones conectados a las garras, lo que hace que se aprieten. Las articulaciones de las garras se bloquean en su posición y el peso del murciélago las mantiene cerradas.
En consecuencia, el murciélago no tiene que hacer nada para colgarse boca abajo. Sólo tiene que ejercer energía para liberar su agarre, flexionando los músculos que tiran de sus garras para abrirlas. Dado que las garras permanecen cerradas cuando el murciélago está relajado, un murciélago que muere mientras se posa seguirá colgado boca abajo hasta que algo (otro murciélago, por ejemplo) lo empuje y lo suelte.