¿Qué causa el cáncer?
No existe una causa única para el cáncer. Los científicos creen que es la interacción de muchos factores juntos lo que produce el cáncer. Los factores implicados pueden ser genéticos, ambientales o características constitucionales del individuo.
El diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de los cánceres infantiles son diferentes a los de los adultos. Las principales diferencias son la tasa de supervivencia y la causa del cáncer. La tasa global de supervivencia a 5 años del cáncer infantil es de aproximadamente el 83%, mientras que en los cánceres de adultos la tasa de supervivencia es del 69%. Se cree que esta diferencia se debe a que el cáncer infantil responde mejor a la terapia y un niño puede tolerar una terapia más agresiva. Las tasas de supervivencia pueden variar en función de la edad de la persona, el tipo de cáncer y el estadio en el momento del diagnóstico.
Los cánceres infantiles suelen producirse o comenzar en las células madre, que son células capaces de producir otros tipos de células especializadas que el cuerpo necesita. Un cambio o mutación celular esporádica (ocurre por casualidad) suele ser la causa del cáncer infantil. En los adultos, el tipo de célula que se vuelve cancerosa suele ser una célula epitelial. Las células epiteliales revisten la cavidad corporal y cubren la superficie del cuerpo. El cáncer se produce por la exposición ambiental a estas células a lo largo del tiempo. Los cánceres en adultos se denominan a veces adquiridos por esta razón.
¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer?
Como se ha mencionado, algunos cánceres, especialmente en adultos, se han asociado con exposiciones repetitivas o factores de riesgo. Un factor de riesgo es cualquier cosa que pueda aumentar la posibilidad de que una persona desarrolle una enfermedad. Un factor de riesgo no causa necesariamente la enfermedad, pero puede hacer que el organismo sea menos resistente a ella. Se considera que los siguientes factores y mecanismos de riesgo contribuyen al cáncer:
Factores de estilo de vida
Fumar, una dieta rica en grasas y trabajar con productos químicos tóxicos son ejemplos de elecciones de estilo de vida que pueden ser factores de riesgo para algunos cánceres en adultos. Sin embargo, la mayoría de los niños con cáncer son demasiado jóvenes para haber estado expuestos a estos factores de estilo de vida durante un tiempo prolongado.
Historia familiar, herencia y genética
Estos factores pueden desempeñar un papel importante en algunos cánceres infantiles. Es posible que el cáncer de diversas formas esté presente más de una vez en una familia. En estas circunstancias se desconoce si la enfermedad está causada por una mutación genética, por la exposición a sustancias químicas cerca de la residencia de la familia, por una combinación de estos factores o simplemente por una coincidencia.
Algunos trastornos genéticos
Por ejemplo, se sabe que el síndrome de Wiskott-Aldrich altera el sistema inmunitario. El sistema inmunitario es un sistema complejo que funciona para proteger nuestro cuerpo de infecciones y enfermedades. La médula ósea produce células que posteriormente maduran y funcionan como parte del sistema inmunitario. Una teoría sugiere que las células de la médula ósea, las células madre, se dañan o son defectuosas, por lo que cuando se reproducen para producir más células, producen células anormales o células cancerosas. La causa del defecto en las células madre podría estar relacionada con un defecto genético heredado o con la exposición a un virus o una toxina.
La exposición a ciertos virus
El virus de Epstein-Barr y el VIH, el virus que causa el SIDA, se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar ciertos cánceres infantiles. Entre ellos, el linfoma de Hodgkin y el no Hodgkin. Posiblemente, el virus altera una célula de alguna manera. Esa célula luego reproduce una célula alterada y, eventualmente, estas alteraciones se convierten en una célula cancerosa que reproduce más células cancerosas.
Exposiciones ambientales
Los pesticidas, los fertilizantes y las líneas eléctricas han sido investigados por una relación directa con los cánceres infantiles. Se ha comprobado que el cáncer se da entre los niños no emparentados en ciertos barrios y/o ciudades. Se desconoce si la exposición prenatal o infantil a estos agentes causa cáncer, o si es una coincidencia.
Algunas formas de quimioterapia y radiación en dosis altas
En algunos casos, los niños que han estado expuestos a estos agentes pueden desarrollar una segunda neoplasia más adelante. Estos fuertes agentes anticancerígenos pueden alterar las células y/o el sistema inmunológico. Una segunda neoplasia es un cáncer que aparece como resultado del tratamiento de un cáncer diferente.
¿Cómo afectan los genes al crecimiento del cáncer?
El descubrimiento de ciertos tipos de genes que contribuyen al cáncer ha sido un avance extremadamente importante para la investigación del cáncer. Se ha observado que la mayoría de los cánceres presentan algún tipo de alteración genética. Algunas de estas alteraciones son hereditarias. Otras son esporádicas, lo que significa que se producen por casualidad o por exposiciones ambientales (normalmente a lo largo de muchos años). Hay tres tipos principales de genes que pueden afectar al crecimiento celular, y que están alterados (mutados) en ciertos tipos de cáncer, entre los que se encuentran los siguientes:
Oncogenes
Estos genes regulan el crecimiento normal de las células. Los científicos suelen describir los oncogenes como algo similar a un «interruptor» del cáncer que la mayoría de las personas tienen en su cuerpo. Se desconoce qué es lo que «acciona el interruptor» para que estos oncogenes se vuelvan repentinamente incapaces de controlar el crecimiento normal de las células y permitan que las células cancerosas anormales comiencen a crecer.
Genes supresores de tumores
Estos genes son capaces de reconocer las mutaciones genéticas y repararlas antes de que la célula pueda transformarse en una célula cancerosa. Si los genes supresores de tumores están mutados, una mutación puede no ser detectada y reparada, y se inicia un cáncer. Sin embargo, y no funcionan correctamente, puede producirse el crecimiento del tumor.
Genes reparadores de desajustes
Estos genes ayudan a reconocer los errores cuando el ADN se copia para crear una nueva célula. Si el ADN no «coincide» perfectamente, estos genes reparan el desajuste y corrigen el error. Sin embargo, si estos genes no funcionan correctamente, los errores en el ADN pueden ser enviados a las nuevas células, haciendo que se dañen, lo que puede dar lugar a una mutación que conduzca al cáncer.
Por lo general, el número de células en cualquiera de los tejidos de nuestro cuerpo está estrechamente controlado para que se produzcan nuevas células para el crecimiento y el desarrollo normales, así como para reemplazar las células moribundas. En última instancia, el cáncer es una pérdida de este equilibrio debido a alteraciones genéticas que «inclinan la balanza» a favor del crecimiento celular excesivo.