Los patrones meteorológicos y climáticos del Ártico pueden influir en el tiempo y el clima de todo el mundo, especialmente en el hemisferio norte.
Efectos climáticos
La región del Ártico actúa como un sumidero de calor para la Tierra: el Ártico pierde más calor al espacio del que absorbe de los rayos solares. Por el contrario, las latitudes más bajas reciben más calor del sol del que pierden hacia el espacio. El aire caliente y el agua se desplazan hacia el Ártico desde las regiones tropicales y templadas, y el aire frío y el agua se desplazan desde el Ártico hacia las latitudes más bajas; el movimiento constante del aire se refleja en los cambios diarios de los patrones meteorológicos. A lo largo de todo un año, y observando el globo en su conjunto, la ganancia de calor en las latitudes más bajas se equilibra, por término medio, con la pérdida de calor en las regiones polares.
Efectos meteorológicos
Cuando una tormenta de nieve o una ola de frío invernal golpea las regiones templadas, la gente a veces se refiere a las gélidas temperaturas como «árticas». De hecho, el aire frío se desplaza desde el Ártico hacia otras regiones, al igual que el aire cálido del sur se desplaza hacia las regiones polares. Las tormentas tienden a formarse en los límites entre el aire frío y el cálido. El aire frío que desciende desde el norte se experimenta como un frente frío. Las ventiscas en el Ártico pueden causar apagones, dificultando la vida de las personas y los animales.
Algunos estudios recientes han argumentado que los cambios a largo plazo en el hielo marino del Ártico y el clima pueden tener impactos en los patrones climáticos en otras partes del mundo, pero hasta ahora la investigación sigue siendo en gran medida inconclusa.
Última actualización: 4 de mayo de 2020