Viena
Viena puede presumir de tener dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: el centro histórico de la ciudad y el conjunto barroco del palacio de Schönbrunn y su recinto. Se pueden encontrar tesoros de arte y magníficos edificios por toda la antigua capital imperial. El «gabinete de arte» más importante del mundo, la Kunstkammer del Kunsthistorisches Museum de Viena, transporta a los visitantes a las «Kunst- und Wunderkammer» (cámaras de arte y maravillas naturales) renacentistas y barrocas de los Habsburgo.
St.Pölten
La capital de provincia más joven de Austria, St. Una de las características más llamativas de la capital de la Baja Austria en la actualidad es su hipermoderno distrito gubernamental, y justo al lado se encuentra el igualmente moderno distrito cultural con su futurista Festspielhaus, donde actúan regularmente músicos y compañías de danza de renombre mundial.
Linz
Linz, la capital de la Alta Austria, destaca por la coexistencia de la arquitectura tradicional y la contemporánea. Esta ciudad, situada directamente a orillas del Danubio, consigue mezclar arte, ciencia y tecnología para crear una síntesis impresionante. Una gran cantidad de edificios modernos, como el Centro Ars Electronica, ofrecen un estimulante contraste con el centro barroco de la ciudad. El Lentos Kunstmuseum y el nuevo teatro de la música son otros dos destacados edificios modernos y atracciones populares para los visitantes de la ciudad.
Salzburgo
El centro barroco de Salzburgo, cuna de Mozart y sede del famoso Festival de Salzburgo, fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. El paisaje urbano está marcado por numerosas iglesias y palacios, así como por los palacios barrocos de Mirabell y Hellbrunn. La catedral de Salzburgo y la fortaleza medieval de Hohensalzburg son otros puntos de interés arquitectónico. Y los visitantes de Salzburgo no deberían marcharse sin llevarse uno de los recuerdos más dulces de la ciudad: el original Mozartkugel de Salzburgo.
Innsbruck
Lo que hace única a Innsbruck no es sólo su extraordinaria ubicación, rodeada de imponentes picos alpinos. La capital tirolense también cuenta con lugares de interés mundial como el Tejado de Oro (Goldenes Dachl), los tesoros artísticos del castillo renacentista de Ambras y la Iglesia de la Corte (Hofkirche). La ciudad también tiene su parte de estructuras modernas, como el funicular Hungerburgbahn y el salto de esquí Bergisel, ambos diseñados por la famosa arquitecta Zaha Hadid.
Bregenz
La historia de Bregenz comenzó hace ya dos mil años, cuando aquí se encontraba un asentamiento romano. En la actualidad, el elemento principal del centro de la ciudad es la torre medieval de San Martín, coronada por una cúpula en forma de cebolla del siglo XVI. La orilla del lago de Constanza está salpicada de impresionantes edificios modernos que representan una armoniosa adición al paisaje de la ciudad: el Festspielhaus, el Kunsthaus y el nuevo «museo vorarlberg», que abrió sus puertas en 2013.
Klagenfurt
Son las fachadas barrocas y Jugendstil de la capital de Carintia, los preciosos patios porticados y los estrechos pasillos los que confieren al pintoresco casco histórico de Klagenfurt su encanto mediterráneo. El Stadttheater, de la época Jugendstil, no sólo es el teatro más meridional del mundo germanohablante, sino también una joya arquitectónica de extraordinaria elegancia.
Graz, la segunda ciudad más grande de Austria, alberga dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: el casco antiguo, como el mayor distrito histórico medieval de toda Europa, y el Palacio de Eggenberg. En 2011, la capital de Estiria también fue designada «Ciudad del Diseño de la UNESCO», lo que la sitúa entre las ciudades más creativas y orientadas al futuro del mundo. Ejemplos arquitectónicos de ello son la Kunsthaus Graz y la Murinsel.
Eisenstadt
En Eisenstadt, la capital del Burgenland, el visitante se encontrará una y otra vez con un nombre: Joseph Haydn. El compositor pasó más de cuarenta años como director musical al servicio de los príncipes Esterházy. El palacio de Esterházy, símbolo de la ciudad, acoge durante todo el año conciertos de artistas de talla mundial. También merece la pena explorar los alrededores de la ciudad: está marcada por extensos viñedos y cuenta con numerosas bodegas.