Dentro del lugar de trabajo, no sólo los comportamientos de los empleados afectan a su salud (utilizando el equipo de seguridad proporcionado, quedándose en casa cuando está enfermo, etc.) sino que las políticas y actitudes de los empleadores también afectan a la salud de todos los empleados. Los empresarios pueden influir en el buen comportamiento en materia de salud con políticas incentivadas y procesos de seguridad de fácil acceso y comprensión. Fomentar un buen comportamiento de salud por parte de los empleados puede reducir drásticamente las infracciones de seguridad, el absentismo y los costes médicos.
Hay tres clasificaciones principales de comportamiento de salud. Estas son las conductas preventivas, de enfermedad y de rol de enfermo.
Comportamiento de salud preventivo – Cualquier actividad realizada con el fin de prevenir un resultado de salud negativo. Esto puede implicar la creación y promoción de reglas de seguridad, que los empleados hagan uso del equipo de seguridad, e incluso elementos simples como aprovechar las visitas médicas de bienestar.
Comportamiento de enfermedad – Esta es cualquier actividad tomada una vez que un individuo siente que tiene una enfermedad o lesión que se toma con el fin de evaluar la enfermedad o lesión. También puede tratarse de la vigilancia de la salud de los trabajadores, en la que los empleadores realizan pruebas de salud a los empleados que creen que pueden tener una enfermedad como la insuficiencia cardíaca.
Comportamiento de enfermedad – Se trata de cualquier acción realizada una vez que se ha definido una enfermedad o lesión con la intención de remediarla. Visitas al médico, informar de una lesión, quedarse en casa en lugar de acudir al trabajo cuando se es contagioso, una dieta restringida, o cualquier otro comportamiento que tenga el propósito de mejorar la propia condición médica.