Incluso los pájaros pequeños pueden tener mal genio, como bien sabe cualquier pajarero de patio que alimente a los colibríes. Estos pequeños pájaros a menudo tienen las actitudes más grandes, y la agresión del colibrí puede ser entretenida de ver. Este comportamiento del colibrí, sin embargo, puede ser un problema para otros colibríes en los alimentadores del patio trasero cuando un pájaro agresivo puede ahuyentar a muchos otros de la zona de alimentación.
¿Por qué los colibríes pelean?
Muchos pájaros muestran agresividad cuando sienten que sus territorios de cría o áreas de alimentación son violados por intrusos no deseados. Entre los colibríes de América del Norte, el colibrí rufo tiene uno de los peores temperamentos, pero todas las especies de colibríes pueden mostrar ira y agresión en diversos grados. El comportamiento agresivo suele ser más fuerte a finales de la primavera o principios del verano, cuando los pájaros reclaman su territorio y defienden los nidos.
Los colibríes más enfadados, sin embargo, pueden seguir siendo agresivos hasta bien entrado el otoño, ya que defienden los territorios de alimentación principales para prepararse para la migración. Los colibríes machos suelen ser más agresivos en los comederos, mientras que las hembras muestran más agresividad cerca de sus nidos, pero con ambos sexos, este comportamiento de pájaro enfadado puede ser sorprendente de presenciar.
Cómo los colibríes muestran su agresividad
Los colibríes pueden ser pequeños, pero tienen un formidable arsenal de armas y amenazas a su disposición para disuadir a los visitantes no deseados. Cuando un colibrí se siente amenazado, puede mostrar su agresividad de diversas maneras, entre ellas:
Sonidos
Los chirridos, zumbidos o gorjeos fuertes y rápidos son una forma de llamar la atención de un intruso y hacerle saber que un área ya está reclamada. Cuando un colibrí residente ve a un intruso, puede subir el volumen o acelerar el ritmo de sus cantos y llamadas para anunciar y reforzar su reclamo territorial.
Postura
Las posturas de amenaza muestran el tamaño y la fuerza de un colibrí para disuadir a los invitados no deseados. Un colibrí macho puede aletear su gorguera para mostrar sus colores más brillantes, una señal de su fuerza y salud que podría disuadir a los intrusos. Otras posturas agresivas incluyen aletear la cola, levantar las plumas de la coronilla, extender o levantar las alas y apuntar con el pico al intruso como si fuera una daga.
Inmersiones
Un colibrí enfadado puede primero cernirse frente al intruso -ya sea otro colibrí, otro animal o incluso un humano- y luego volar alto sobre ellos antes de lanzarse en picado casi directamente hacia el intruso. La base de la inmersión suele estar marcada con un agudo chirrido hecho desde la posición de las plumas de la cola, y ese sonido actúa como otra advertencia para los invitados no deseados.
Persecución
Alejar a los intrusos es una forma común en que los colibríes son territoriales y muestran su agresividad. Un colibrí dominante puede enfrentarse primero al intruso, a menudo en una zona de alimentación, antes de cargar contra él y seguirlo lejos del comedero o de los parterres. Estas persecuciones suelen ir acompañadas de chirridos de enfado y otros sonidos.
Peleas
Las peleas suelen ser el último recurso para mostrar agresividad y disuadir a los intrusos, pero ocurren con regularidad. Los colibríes luchadores utilizan sus picos de aguja y sus afiladas garras como armas. Cuando los pájaros conectan con un enemigo o lo embisten en vuelo, pueden herir gravemente, e incluso matar, a otros colibríes que no ceden a su dominio.