Hemos estado centrados en amplias categorías de materiales de lectura hasta ahora: literatura, periodismo, libros de texto y escritura académica. Dado que la mayor parte de la lectura (¡y de la escritura!) que harás a lo largo de tu carrera universitaria entra dentro de la categoría de «escritura académica», este es un buen momento para ir más despacio y examinar más de cerca los componentes de la escritura académica.
La retórica es el estudio de la escritura, y los tipos básicos de escritura académica se denominan modos retóricos.
Como se puede ver en el cuadro anterior, los diferentes estilos de escritura de no ficción sirven para diferentes propósitos. Es muy posible que un solo texto -o incluso un solo párrafo- contenga múltiples modos retóricos, cada uno utilizado para servir a un propósito distinto en apoyo de la tesis del artículo.
Considere nueve de los tipos más comunes de modos retóricos. Qué podría llevar a un autor a seleccionar un tipo de escritura en lugar de otro? ¿Cómo puede utilizarse cada uno de ellos de forma diferente para servir al propósito de un texto?
Narración
El propósito de la narración es contar una historia o relatar un acontecimiento. La narración es una herramienta especialmente útil para secuenciar o poner los detalles y la información en algún tipo de orden lógico, normalmente cronológico.
La literatura utiliza mucho la narración, pero también puede ser útil en la no ficción, en la escritura académica para lograr un fuerte impacto.
Descripción
El propósito de la descripción es recrear, inventar o presentar visualmente una persona, un lugar, un evento o una acción para que el lector pueda imaginarse lo que se está describiendo. Se basa en gran medida en los detalles sensoriales: lo que experimentamos a través de nuestros cinco sentidos.
Ejemplo
Es común ver ejemplos utilizados en todo tipo de situaciones: una idea puede considerarse demasiado general o abstracta hasta que la vemos en acción. Un ensayo de ejemplificación extiende esta idea aún más: lleva uno o más ejemplos a gran detalle, con el fin de mostrar los detalles de un problema complejo de una manera que sea fácil de entender para los lectores.
Definición
En la sección de vocabulario hablamos de las definiciones de palabras en profundidad. Un ensayo de definición toma el concepto de «definición» más ampliamente, yendo más allá de una definición de diccionario para examinar en profundidad una palabra o un concepto tal y como lo usamos y entendemos realmente.
Análisis de procesos
El análisis de un proceso también se puede considerar como una instrucción de «cómo hacerlo». La escritura técnica incluye mucho análisis de procesos, por ejemplo. La escritura académica puede incorporar el análisis de procesos para mostrar cómo surgió un problema existente, o cómo podría resolverse, siguiendo una serie clara de pasos.
División/Clasificación
La clasificación toma un concepto grande, y lo divide en piezas individuales. Un buen resultado de este tipo de escritura es que ayuda al lector a entender un tema complejo centrándose en sus partes más pequeñas. Esto es particularmente útil cuando un autor tiene una manera única de dividir los conceptos, para proporcionar una nueva visión de las formas en que podría ser visto.
Comparación/Contraste
La comparación se centra en las similitudes entre las cosas, y el contraste se centra en sus diferencias. De forma innata hacemos comparaciones todo el tiempo, y aparecen en muchos tipos de escritos. El objetivo de la comparación y el contraste en los ensayos académicos es, por lo general, mostrar que un elemento es superior a otro, basándose en un conjunto de evaluaciones incluidas como parte del escrito.
Causa/Efecto
Si la narración ofrece una secuencia de eventos, los ensayos de causa/efecto ofrecen una explicación sobre por qué esa secuencia es importante. La escritura de causa/efecto es particularmente poderosa cuando el autor puede proporcionar una relación de causa/efecto que el lector no esperaba, y como resultado ver la situación bajo una nueva luz.
Problema/Solución
Este tipo de escritura académica tiene dos tareas igualmente importantes: identificar claramente un problema, y luego proporcionar una solución lógica y práctica para ese problema. Establecer que una situación particular ES un problema puede ser a veces un desafío -muchos lectores podrían asumir que una situación dada es «simplemente como es», por ejemplo.