No sólo el aceite de oliva tiene una vida útil, sino que añadir aromáticos como hierbas frescas o ajo a una botella de aceite de oliva puede provocar un resultado no deseado: El Clostridium botulinum, el microorganismo que causa el botulismo al producir una toxina peligrosa cuando se le proporciona un entorno en el que no hay oxígeno, puede causar síntomas de una enfermedad transmitida por los alimentos que puede provocar la muerte.
Es la misma toxina de la que se nos ha advertido durante años que puede estar presente en los alimentos que se enlatan en casa y la razón por la que se nos advierte también de los peligros de comer alimentos de latas abolladas, hinchadas y oxidadas. Una manera de tener tanto el sabor de las hierbas y añadir a la longevidad del aceite sin el temor de las enfermedades transmitidas por los alimentos es para congelarlo.
El aceite de oliva, a diferencia del agua que tiene un punto de congelación constante de 32 grados Fahrenheit, se congelará, pero a diferentes temperaturas dependiendo del tipo de aceite de oliva. Esto se debe a la complejidad química del aceite de oliva, ya que cada componente tiene su propio punto de congelación.
La experimentación y la experiencia han demostrado que a 10 grados Fahrenheit más o menos, el aceite de oliva se congelará como una roca. Dado que la temperatura de un congelador moderno suele estar en torno a los -3 grados Fahrenheit, colocarlo en su congelador garantizará que el aceite se congele. Además, ni la congelación ni la descongelación del aceite perjudican el sabor o las cualidades culinarias del aceite.
Congelar el aceite de oliva en bandejas de cubitos de hielo es una forma fácil y segura de prolongar la vida del aceite y de repartir cubitos congelados con sabor a hierbas frescas según sea necesario. Se puede utilizar cualquier hierba fresca, ajo e incluso ralladura de cítricos.
Corte o pique la aromática antes de mezclarla con el aceite. Calentar el aceite hasta que el aroma de las hierbas sea fuerte y luego enfriar rápidamente. Vierta el oro líquido en una bandeja de cubitos de hielo y colóquela en su congelador. Cuando esté listo para usar el aceite de oliva, saque los cubos que sean necesarios y déjelos descongelar lentamente en una sartén a fuego lento.
Agregando las hierbas y congelando se obtiene un aceite de oliva aromatizado de forma segura, para utilizarlo como siempre que lo necesite.