Los corazones mecánicos, que incluyen los corazones artificiales totales y los dispositivos de asistencia ventricular (DAV), son máquinas capaces de sustituir o asistir la acción de bombeo del corazón durante períodos prolongados sin causar un daño excesivo a los componentes sanguíneos. La implantación de un corazón artificial total requiere la extirpación de los dos ventrículos (cámaras inferiores) del paciente. Sin embargo, con el uso de un DAV para sostener el ventrículo derecho o el izquierdo, todo el corazón permanece en el cuerpo. Los corazones mecánicos se implantan sólo cuando ha fracasado el tratamiento médico máximo. Pueden utilizarse para la reanimación cardíaca tras una parada cardíaca, para la recuperación de un shock cardiogénico tras una operación cardíaca y en algunos pacientes con insuficiencia cardíaca crónica que esperan un trasplante de corazón. En ocasiones, los corazones mecánicos se han utilizado como soporte permanente en pacientes que no cumplen los requisitos para un trasplante de corazón o como puente para la recuperación del propio corazón enfermo del paciente. El objetivo es proporcionar un sistema seguro y eficaz que permita al receptor moverse libremente, mejorando así su calidad de vida. Algunos receptores de DAV han vivido varios años y han vuelto al trabajo y a las actividades físicas normales.