En el pasado, los medicamentos, los suplementos y los analgésicos venían en comprimidos o cápsulas, y eso era todo. Con el rápido crecimiento y la expansión de la industria farmacéutica, hoy hay más opciones. No sólo tenemos cápsulas y tablas mejoradas, sino también cápsulas, geles blandos, masticables y más. Todo ello ofrece a los consumidores una amplia gama de opciones en cuanto a medicamentos. De hecho, es una variedad casi demasiado amplia. La elección de la forma correcta puede resultar confusa. Cada una tiene sus pros y sus contras, y el formato físico puede marcar la diferencia en cuanto a los resultados. ¿Cuál es el mejor? Esto es lo que necesita saber.
¿Qué son las píldoras?
Es un término general para los medicamentos presentados en cualquier masa pequeña y redondeada. Normalmente se tragan enteras con fines nutricionales o medicinales. A continuación se presentan algunos formatos físicos de píldoras que están fácilmente disponibles para los pacientes:
1. Cápsulas
Los farmacéuticos colocan el medicamento en polvo o gelatina en una cubierta exterior cilíndrica hecha de gelatina disoluble. Las cápsulas son inodoras e insípidas, por lo que son fáciles de tragar para los pacientes. Las carcasas se rompen más rápido, liberando rápidamente el contenido en el torrente sanguíneo. A veces los bordes de las cápsulas están sellados, y otras veces no. Si se abren las cápsulas, se puede añadir el contenido a la salsa de manzana o a un batido de proteínas. Esto es beneficioso para los niños más pequeños o para las personas que tienen dificultades para tragar píldoras más grandes. Sin embargo, también hace que las cápsulas sean más susceptibles de ser manipuladas. También son más caras de fabricar y comprar.
2. Cápsulas blandas
Estas cápsulas de una sola pieza están hechas de gelatina combinada con glicerina o sorbitol. Los fabricantes las utilizan casi exclusivamente para medicamentos líquidos o a base de aceite. Tienen una forma y un contorno más suaves. En comparación con las cápsulas normales, las cápsulas blandas son aún más fáciles de tragar. Además, al ser herméticas y estar completamente cerradas, tienen una vida útil más larga en comparación con las cápsulas normales. Sin embargo, las cápsulas blandas no pueden dividirse en dosis más pequeñas ni abrirse fácilmente. La fabricación especializada también es más cara, y el precio lo reflejará.
3. Comprimidos
Los comprimidos son los más comunes. Son masas pequeñas, lisas y comprimidas de material medicamentoso. Los comprimidos tienen una amplia gama de formas y tamaños para adaptarse mejor a las necesidades de los pacientes. Suelen ser circulares y planas, y están recubiertas de ingredientes como el azúcar para ralentizar su liberación en el organismo. Su fabricación es menos costosa y las empresas pueden empaquetar la mayor cantidad de material en un espacio determinado. Esto los hace más asequibles. También son resistentes a la manipulación y la opción más estable. Los comprimidos conservan su potencia durante más tiempo. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes es que los comprimidos son los más difíciles de tragar. Afortunadamente, se pueden cortar los comprimidos para dividir la dosis y obtener tamaños más manejables.
4. Cápsulas
Tienen las mismas ventajas que los comprimidos, pero son de menor tamaño y con un acabado más suave, lo que hace que sean más fáciles de tragar. Por desgracia, se ofrecen menos productos en forma de cápsulas y estos medicamentos suelen ser más caros que los comprimidos.
5. Masticables
A veces tragar no es una opción. Así que los médicos y farmacéuticos podrían recomendar los masticables. Aunque de mayor tamaño, estos medicamentos suelen tener menor potencia. Esto se debe a que el medicamento se mezcla con aromatizantes y azúcares para hacerlo más apetecible. Por lo general, esta opción se reserva para los niños y otros pacientes a los que les resulta excesivamente difícil tragar comprimidos y cápsulas completos.
Siempre que los medicamentos y suplementos se tomen según las indicaciones, no debería haber efectos adversos significativos. Para estar seguro, póngase en contacto con su médico o profesional sanitario si tiene dudas sobre las pastillas que está utilizando. Ellos le recomendarán el formato que mejor se adapte a sus necesidades, ya sean comprimidos, cápsulas, etc.