¿Son ciertas las anécdotas?
Las anécdotas sobre Kamprad abundan. Cuando su padre se quejaba de que Ingvar dormía hasta tarde por las mañanas, se consiguió un despertador, lo puso a las seis y le quitó el botón de apagado. Según Kamprad, todos deberíamos dividir nuestras vidas ‘en unidades de 10 minutos, y sacrificar el menor número posible de ellos en actividades sin sentido’
Hasta su muerte en 2018, Kamprad siguió viajando por el mundo para visitar nuevas tiendas IKEA. Volaba en clase turista, llamaba a sus empleados «compañeros de trabajo», animaba a todos a vestir de manera informal, se alojaba en hoteles baratos e incluso sustituía las botellas del minibar de la habitación del hotel por botellas baratas compradas en supermercados locales. Conducía un viejo Volvo. No concedió ninguna entrevista.
Los críticos de estas historias dicen que parecen destinadas a reforzar la marca de la empresa, que no tiene sentido, y a fomentar la conciencia de los costes entre el personal de la empresa. Señalan que Kamprad puede haber sido el hombre más rico del mundo, que poseía varias casas lujosas en todo el mundo, y que sería ridículo suponer que un hombre de tal riqueza no hubiera utilizado nada de ella para fines privados.
En lo alto de la lista de ricos
La elaborada estructura de propiedad deIKEA, con varios fondos fiduciarios en el extranjero que eran controlados pero no eran estrictamente propiedad del propio Kamprad, hizo imposible establecer cuán rico era, pero las estimaciones sitúan a menudo a Kamprad entre el número 1 y el número 11 de la lista de ricos del mundo.
IKEA ha esquivado notablemente los sentimientos antiempresariales. Pocas acusaciones de malas prácticas laborales, malas políticas medioambientales o un servicio al cliente arrogante han empañado el nombre de la marca.