El radón (Rn) es un gas radiactivo, incoloro, inodoro e insípido que se produce de forma natural como producto de desintegración de los elementos radio, uranio y torio. Es un gas noble (o inerte), lo que significa que es inactivo químicamente y sólo se combina con otras sustancias en condiciones extremas. Es denso -el gas más pesado que se conoce- y se considera un peligro para la salud debido a su radiactividad.
El radón es poco frecuente en la naturaleza porque sus isótopos tienen una vida muy corta y porque su principal fuente, el radio, también es bastante raro, según la Enciclopedia Británica. El radón no tiene ningún propósito biológico conocido, pero se cree que ha desempeñado un papel importante en la evolución, ya que la radiación es necesaria para que se produzcan modificaciones genéticas, según la Royal Society of Chemistry.
Sólo los datos
- Número atómico (número de protones en el núcleo): 86
- Símbolo atómico (en la tabla periódica de los elementos): Rn
- Peso atómico (masa media del átomo): 222
- Densidad: ;9,073 gramos por litro
- Fase a temperatura ambiente: Gas
- Punto de fusión: menos 95 grados Fahrenheit (menos 71 grados Celsius)
- Punto de ebullición: menos 79 F (menos 61.7 C)
- Número de isótopos (átomos del mismo elemento con diferente número de neutrones): 3 naturales (radón-219, radón-220 y radón-222); 33 cuya vida media se conoce con números de masa 196 a 228; ninguno es estable
- Isótopo más común: Rn-222 (vida media de 3,823 días)
- El radón fue el quinto elemento radiactivo que se descubrió, después del uranio, el torio, el radio y el polonio.
- El gas radón es incoloro, pero emite una fosforescencia amarilla brillante (luz emitida por una sustancia sin calor perceptible) a temperaturas inferiores a su punto de congelación.
- Hace décadas, las sales de radio se mezclaban en las pinturas para hacerlas brillar en la oscuridad. Sin embargo, una vez que la EPA consideró que el radón era un riesgo para la salud, se retiró de los productos de consumo.
- Hace cientos de años, una enfermedad de desgaste de los mineros se conocía como mala metallorum. En 1879, se identificó que la enfermedad era un cáncer de pulmón causado por la exposición a sustancias radiactivas, entre ellas el uranio y el radón.
Descubrimiento
El mérito del descubrimiento del radón se atribuye al químico alemán Friedrich Ernst Dorn en 1900, según Chemicool. Descubrió el nuevo gas, al que denominó «emanación» del radio, mientras estudiaba la cadena de desintegración del radio. El radio había sido descubierto apenas dos años antes por la científica Marie Curie, ganadora del Premio Nobel.
El químico escocés Sir William Ramsey, ganador del Premio Nobel de Química en 1904, exploró las propiedades del radón aún más. Con la ayuda del químico inglés Robert Whytlaw Gray, Ramsey aisló el radón y calculó su densidad para poder incluirlo correctamente en la tabla periódica. Descubrieron que era el gas más pesado jamás conocido. Rebautizaron el gas con el nombre de «nitón», por la palabra latina que designa el brillo (nitens). Pero este nombre tampoco se mantuvo y, en 1923, pasó a ser conocido en todo el mundo como «radón», según Chemicool.
Peligro
El radón está presente en el aire en casi todas partes, y todo el mundo respira radón cada día, según el Instituto Nacional del Cáncer. En niveles bajos, es inofensivo. Sin embargo, las personas que inhalan niveles elevados de radón tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
Según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), el radón es la causa número 1 de cáncer de pulmón entre los no fumadores y se asocia con aproximadamente 21.000 muertes por cáncer de pulmón al año; 2.900 de esas muertes se producen entre personas que nunca han fumado.
Alrededor de uno de cada 15 hogares en Estados Unidos tiene niveles elevados de radón. Este gas inodoro puede entrar en las casas a través de las grietas de las paredes, los suelos y los cimientos. También puede desprenderse de los materiales de construcción o a través del agua procedente de pozos contaminados con radón, según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Los niveles de radón pueden ser mayores en casas y edificios bien aislados, herméticamente sellados o construidos sobre suelos ricos en los elementos radiactivos uranio, radio y torio.
Una medida de la radiactividad son los picocurios por litro de aire (pCi/L). En Estados Unidos, el nivel medio de radón en interiores es de aproximadamente 1,3 pCi/L, según la EPA. El nivel medio en exteriores es de unos 0,4 pCi/L. El Cirujano General de EE.UU. y la EPA recomiendan reparar las viviendas con niveles de radón iguales o superiores a 4 pCi/L. La EPA también recomienda que la gente piense en arreglar sus casas para los niveles de radón entre 2 pCi/L y 4 pCi/L.
El ‘Incidente Watras’
En 1984, una extraña coincidencia conocida como el «Incidente Watras» hizo que se descubriera la lectura de radón más alta de la historia en Pensilvania y, en última instancia, instó a la EPA a involucrarse en el control de los niveles de radón en los hogares residenciales.
Stanley J. Watras, un ingeniero de construcción de la central nuclear de Limerick, en Pottstown (Pensilvania), hizo saltar la alarma de un monitor de radiación instalado para garantizar que los trabajadores no salieran del edificio con niveles inseguros de radiación en sus cuerpos.
Esto fue toda una sorpresa, ya que la central estaba aún en construcción y ni siquiera se había llenado de combustible nuclear todavía -por lo que la exposición habría sido imposible. Finalmente, un equipo de especialistas descubrió que Watras no captaba la radiación en la planta, sino en su propia casa: los niveles de radiación en su hogar eran 700 veces superiores al nivel máximo considerado seguro.
Los especialistas descubrieron que el culpable era el gas radón, que se había estado filtrando en su casa desde el subsuelo, según The Morning Call. Vivir allí equivalía a fumar un par de cientos de paquetes de cigarrillos al día.
La familia se mudó inmediatamente, y la casa se convirtió en un laboratorio científico para la medición a largo plazo del radón y la comprobación de los métodos de mitigación del mismo. Después de varios meses, el radón se redujo a un nivel aceptable, y la familia regresó. Hoy en día, el Director General de Sanidad de los Estados Unidos y la EPA recomiendan que se realicen pruebas de radón en todos los hogares.
¿Quién lo iba a decir?
Investigación sorprendente: ¿Es beneficioso el radón en dosis bajas?
Durante miles de años, la gente se ha bañado en aguas termales naturales por las propiedades terapéuticas del agua. Se ha descubierto que muchos de estos balnearios contienen radón. Y, sin embargo, en lugar de desarrollar enfermedades por radiación o cáncer, muchos afirman que bañarse en las aguas subterráneas ricas en radón reduce la inflamación y el dolor.
Además, el radón fue utilizado en ocasiones por los hospitales para tratar el cáncer y otras enfermedades. Los hospitales solían producirlo ellos mismos bombeando el radón desde una fuente de radio y sellándolo en pequeños tubos llamados semillas o agujas. Las semillas se inyectaban en el lugar del tumor o cerca de él. Sin embargo, esta práctica ya no está muy extendida.
Un estudio dirigido por investigadores del Instituto Politécnico de Worcester sugirió que los niveles bajos de gas radón -los que se encuentran habitualmente en el 90 por ciento de los hogares estadounidenses- pueden reducir en realidad el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón hasta en un 60 por ciento. Los resultados se publicaron en la revista Health Physics en 2008.
Los resultados contrastan con los de estudios anteriores, que sugerían que la exposición al radón de bajo nivel está vinculada a un riesgo ligeramente elevado de cáncer de pulmón (sin diferencia estadística) o a ningún riesgo, según el comunicado de prensa del estudio en Science Daily.
El estudio es el primero en encontrar un efecto hormético estadísticamente significativo de la exposición al radón de bajo nivel. El efecto hormético (hormesis) se produce cuando las toxinas y otros factores de estrés ambiental tienen un efecto beneficioso a dosis muy bajas. La idea predominante es que las dosis bajas de dichas toxinas estimulan el sistema inmunitario y los mecanismos de reparación de las células.
Los investigadores se sorprendieron bastante de los hallazgos. De hecho, el objetivo había sido establecer qué nivel de exposición al radón estaba relacionado con el riesgo de cáncer de pulmón y determinar una zona de seguridad para los niveles de radón en el hogar, según Science Daily.
Al final, descubrieron que la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón caía por debajo de uno (el nivel de no efecto) en la exposición al radón dentro del rango de 0-4 picoCuries por litro, según Science Daily. Este es el nivel de alrededor del 90 por ciento de los hogares de Estados Unidos. La EPA recomienda que los propietarios de viviendas tomen medidas cuando los niveles de exposición superen los 4 picoCurios por litro, debido a la creencia de que el aumento de la exposición al radón se correlaciona con un riesgo progresivamente mayor de padecer cáncer.
Los investigadores señalaron que los nuevos hallazgos no cuestionan el riesgo de cáncer de pulmón vinculado a niveles mayores de exposición al radón, como el que experimentan los mineros del uranio. Sin embargo, el estudio muestra una desviación significativa de los resultados y creencias anteriores sobre el radón.
Un artículo de investigación de 2011 publicado en la revista revisada por expertos Dose-Response mostró resultados similares. Los investigadores informaron de que al radón residencial de bajo nivel se le atribuye un efecto conocido como «protección natural activada» (PNA) contra el cáncer de pulmón, incluido el relacionado con el tabaquismo.
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