Su cuerpo es increíblemente experto en tomar medidas para protegerse. Uno de estos procesos que el cuerpo puede utilizar es la creación de tejido óseo adicional cuando usted experimenta constantemente la presión en la parte posterior de su talón. El resultado de este exceso de tejido óseo es un bulto que puede causar problemas.
No todos los casos de la deformidad de Haglund ocurren en mujeres que usan ciertos modelos de zapatos, pero la condición es significativamente más prevalente en pacientes femeninas que frecuentemente usan bombas y otro calzado de tacón alto. Dichos modelos suelen tener la parte trasera rígida y son especialmente ajustados para evitar que los pies se deslicen hacia fuera, lo que presiona el hueso para que su cuerpo cree una protuberancia en forma de bomba.
Cuando la protuberancia ósea roza con la parte trasera rígida de un zapato, puede causar irritación en el tejido blando que está cerca de su tendón de Aquiles. A su vez, puede desarrollar bursitis, que es la inflamación de una bursa (un saco lleno de líquido que proporciona amortiguación) que se encuentra entre el tendón y el hueso.
La elección del calzado contribuye a la mayoría de los casos, pero también hay otras causas. La forma y la estructura del pie, especialmente los tendones de Aquiles tensos y los arcos altos, pueden contribuir al desarrollo de esta afección. Además, la biomecánica de la marcha -la forma específica de caminar- podría ser una causa, especialmente si se tiende a caminar con la parte exterior de los pies.