Demografía, estudio estadístico de las poblaciones humanas, especialmente con referencia al tamaño y la densidad, la distribución y las estadísticas vitales (nacimientos, matrimonios, muertes, etc.). Las preocupaciones demográficas contemporáneas incluyen la «explosión demográfica», la interacción entre la población y el desarrollo económico, los efectos del control de la natalidad, la congestión urbana, la inmigración ilegal y las estadísticas de la población activa. Para una discusión de los objetos de estudio demográfico, véase población (en biología y antropología física). Véase también censo.
Las raíces de la demografía estadística pueden encontrarse en la obra del inglés John Graunt; su obra Natural and Political Observations . . . Made upon the Bills of Mortality (1662) examina los registros semanales de defunciones y bautismos (las «listas de mortalidad») que se remontan a finales del siglo XVI. En busca de regularidades estadísticas, Graunt hizo una estimación de las proporciones hombre-mujer al nacer y de las proporciones muerte-nacimiento en Londres y en las comunidades rurales. Su contribución más célebre fue la construcción de la primera tabla de mortalidad; analizando las tasas de natalidad y mortalidad pudo estimar de forma aproximada el número de hombres en edad militar, el número de mujeres en edad fértil, el número total de familias e incluso la población de Londres. Otro estudio de este tipo fue realizado por Johann Süssmilch, cuyo Die Göttliche Ordnung (1741; «El orden divino») analizó la población de 1.056 parroquias de Brandeburgo y de varias ciudades y provincias de Prusia. Süssmilch elaboró varias tablas de mortalidad, entre las que destaca la primera tabla de este tipo para toda la población de Prusia (1765).
En la Europa del siglo XVIII, el desarrollo de los seguros de vida y la creciente atención a la salud pública produjeron una mayor conciencia de la importancia de los estudios de mortalidad. En el siglo XIX, los registros civiles de acontecimientos públicos importantes (nacimientos, muertes y matrimonios) empezaron a sustituir a los registros eclesiásticos. Los censos de población también se desarrollaron durante el siglo XIX.
Durante la mayor parte del siglo XIX, los estudios demográficos siguieron haciendo hincapié en el fenómeno de la mortalidad; no fue hasta que los demógrafos observaron que se había producido un considerable descenso de la fecundidad en los países industrializados durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando comenzaron a estudiar la fecundidad y la reproducción con tanto interés como la mortalidad. El fenómeno de la fecundidad diferencial, con sus implicaciones sobre la selección y, más concretamente, sobre la evolución de la inteligencia, suscitó un amplio interés, tal y como muestran las teorías de Charles Darwin y los trabajos de Francis Galton. Durante el periodo entre las dos guerras mundiales, la demografía adquirió un carácter más amplio e interdisciplinario. En 1928 se fundó la Unión Internacional para el Estudio Científico de la Población.
A pesar de la creciente sofisticación en el análisis de las estadísticas y la proliferación de institutos de investigación, publicaciones periódicas y organizaciones internacionales dedicadas a la ciencia de la demografía, la base de la mayor parte de la investigación demográfica sigue estando en los censos de población y el registro de las estadísticas vitales. Sin embargo, ni siquiera el censo más meticuloso es completamente preciso, y las estadísticas de nacimientos, defunciones y matrimonios -basadas en los certificados elaborados por las autoridades locales- son precisas sobre todo en los países con una larga tradición de registro.