Fascitis plantar y dolor de talón
El dolor de talón suele estar causado por la fascitis plantar, una afección que a veces también se denomina síndrome de espolón del talón cuando hay un espolón presente. El dolor de talón también puede deberse a otras causas, como una fractura por estrés, tendinitis, artritis, irritación de los nervios o, raramente, un quiste. Dado que existen varias causas posibles, es importante que el dolor de talón se diagnostique correctamente. Un cirujano de pie y tobillo es capaz de distinguir entre todas las posibilidades y determinar el origen subyacente de su dolor de talón.
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es una inflamación de la banda de tejido (la fascia plantar) que se extiende desde el talón hasta los dedos del pie. En esta afección, la fascia primero se irrita y luego se inflama, lo que provoca dolor en el talón.
Causas
La causa más común de la fascitis plantar está relacionada con una estructura defectuosa del pie. Por ejemplo, las personas que tienen problemas con sus arcos, ya sea con pies demasiado planos o con pies muy arqueados, son más propensas a desarrollar fascitis plantar.
El uso de calzado sin soporte en superficies duras y planas pone una tensión anormal en la fascia plantar y también puede conducir a la fascitis plantar. Esto es particularmente evidente cuando el trabajo de uno requiere largas horas de pie. La obesidad también puede contribuir a la fascitis plantar.
Síntomas
Los síntomas de la fascitis plantar son:
- Dolor en la parte inferior del talón
- Dolor que suele empeorar al levantarse
- Dolor que aumenta durante un periodo de meses
- Ejercicios de estiramiento.Los ejercicios que estiran los músculos de la pantorrilla ayudan a aliviar el dolor y contribuyen a la recuperación.
- Evite ir descalzo.Cuando camina sin zapatos, ejerce una tensión y un estrés indebidos en la fascia plantar.
- Hielo.Poner una bolsa de hielo en el talón durante 20 minutos varias veces al día ayuda a reducir la inflamación. Coloque una toalla fina entre el hielo y su talón; no aplique el hielo directamente sobre la piel.
- Limite las actividades. Reduzca las actividades físicas prolongadas para que su talón descanse.
- Modificaciones en el calzado. El uso de zapatos de apoyo que tengan un buen soporte para el arco y un talón ligeramente elevado reduce la tensión en la fascia plantar.
- Medicamentos.Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) orales, como el ibuprofeno, pueden recomendarse para reducir el dolor y la inflamación.
- Almohadillas y correas. La colocación de almohadillas en el zapato suaviza el impacto al caminar. Las correas ayudan a sujetar el pie y a reducir la tensión en la fascia.
- Dispositivos ortopédicos. Los dispositivos ortopédicos personalizados que se ajustan al zapato ayudan a corregir las anomalías estructurales subyacentes que causan la fascitis plantar.
- Terapia de inyecciones. En algunos casos, se utilizan inyecciones de corticosteroides para ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
- Yeso extraíble para caminar. Se puede utilizar una escayola extraíble para mantener el pie inmóvil durante unas semanas para permitir que descanse y se cure.
- Férula nocturna. El uso de una férula nocturna le permite mantener un estiramiento prolongado de la fascia plantar mientras duerme. Esto puede ayudar a reducir el dolor matutino que experimentan algunos pacientes.
- Fisioterapia. Se pueden utilizar ejercicios y otras medidas de fisioterapia para ayudar a proporcionar alivio.
- Las causadas por un traumatismo, como las fracturas por avulsión (en las que un trozo de hueso es arrancado del calcáneo por el tendón de Aquiles o un ligamento) o las lesiones por aplastamiento que dan lugar a múltiples fragmentos de fractura.
- Fracturas por estrés, causadas por un uso excesivo o una lesión leve.
- Dolor repentino en el talón e incapacidad para soportar peso sobre ese pie
- Hinchazón en la zona del talón
- Hinchazón del talón y el tobillo
- Dolor generalizado en la zona del talón que suele desarrollarse lentamente (a lo largo de varios días o semanas)
- Hinchazón en la zona del talón
- Reposo, hielo, compresión y elevación (R.I.C.E.) El reposo (no tocar el pie lesionado) es necesario para permitir que la fractura se cure. El hielo reduce la hinchazón y el dolor; aplique una bolsa de hielo cubierta con una toalla fina en la zona afectada. La compresión (envolver el pie con una venda elástica o usar una media de compresión) y la elevación (mantener el pie a la altura del nivel del corazón o ligeramente por encima) también reducen la hinchazón.
- Inmovilización. A veces se coloca el pie en una escayola o bota de yeso para evitar que el hueso fracturado se mueva. Es posible que se necesiten muletas para evitar el soporte de peso.
Las personas con fascitis plantar suelen describir que el dolor empeora al levantarse por la mañana o después de haber estado sentadas durante mucho tiempo. Después de unos minutos de caminar el dolor disminuye, porque caminar estira la fascia. Para algunas personas el dolor disminuye pero vuelve a aparecer después de pasar mucho tiempo de pie.
Diagnóstico
Para llegar a un diagnóstico, el cirujano de pie y tobillo obtendrá su historial médico y examinará su pie. A lo largo de este proceso, el cirujano descarta todas las posibles causas de su dolor de talón que no sean la fascitis plantar.
Además, se pueden utilizar estudios de diagnóstico por imagen como radiografías u otras modalidades de imagen para distinguir los diferentes tipos de dolor de talón. A veces se encuentran espolones del talón en pacientes con fascitis plantar, pero éstos rara vez son una fuente de dolor. Cuando están presentes, la afección puede diagnosticarse como síndrome de fascitis plantar/espolón calcáneo.
Tratamiento no quirúrgico
El tratamiento de la fascitis plantar comienza con estrategias de primera línea, que puede comenzar en casa:
Si todavía tiene dolor después de varias semanas, consulte a su cirujano de pie y tobillo, que puede añadir uno o más de estos enfoques de tratamiento:
¿Cuándo es necesaria la cirugía?
Aunque la mayoría de los pacientes con fascitis plantar responden al tratamiento no quirúrgico, un pequeño porcentaje de pacientes puede requerir cirugía. Si, después de varios meses de tratamiento no quirúrgico, sigue teniendo dolor en el talón, se considerará la posibilidad de operar. Su cirujano de pie y tobillo discutirá las opciones quirúrgicas con usted y determinará qué enfoque sería más beneficioso para usted.
Cuidado a largo plazo
No importa el tipo de tratamiento al que se someta para la fascitis plantar, las causas subyacentes que llevaron a esta condición pueden permanecer. Por lo tanto, deberá continuar con las medidas preventivas. El uso de calzado con soporte, los estiramientos y el uso de dispositivos ortopédicos personalizados son los pilares del tratamiento a largo plazo para la fascitis plantar.
¿Qué es el calcáneo?
El calcáneo, también llamado hueso del talón, es un hueso grande que forma la base de la parte posterior del pie. El calcáneo se conecta con los huesos astrágalo y cuboides. La conexión entre el astrágalo y el calcáneo forma la articulación subastragalina. Esta articulación es importante para el funcionamiento normal del pie.
El calcáneo se compara a menudo con un huevo duro, porque tiene una cáscara fina y dura en el exterior y un hueso más blando y esponjoso en el interior. Cuando la cáscara exterior se rompe, el hueso tiende a colapsar y fragmentarse. Por este motivo, las fracturas de calcáneo son lesiones graves. Además, si la fractura afecta a las articulaciones, existe la posibilidad de que se produzcan consecuencias a largo plazo, como artritis y dolor crónico.
¿Cómo se producen las fracturas de calcáneo?
La mayoría de las fracturas de calcáneo son el resultado de un acontecimiento traumático -más comúnmente, una caída desde una altura, como una escalera, o un accidente de automóvil en el que el talón se aplasta contra el tablero del suelo. Las fracturas de calcáneo también pueden producirse con otros tipos de lesiones, como un esguince de tobillo. Un número menor de fracturas del calcáneo son fracturas por estrés, causadas por el uso excesivo o la tensión repetitiva en el hueso del talón.
Tipos de fracturas del calcáneo
Las fracturas del calcáneo pueden afectar o no a las articulaciones subastragales y circundantes. Las fracturas que afectan a las articulaciones (fracturas intraarticulares) son las más graves e incluyen daños en el cartílago (el tejido conectivo entre dos huesos). El pronóstico de recuperación depende de la gravedad del aplastamiento del calcáneo en el momento de la lesión.
Las fracturas que no afectan a la articulación (fracturas extraarticulares) incluyen:
La gravedad y el tratamiento de las fracturas extraarticulares dependen de su localización y tamaño.
Signos y síntomas
Las fracturas del calcáneo producen diferentes signos y síntomas, dependiendo de si son fracturas traumáticas o por estrés.
Los signos y síntomas de las fracturas traumáticas pueden incluir:
Los signos y síntomas de las fracturas por estrés pueden incluir:
Diagnóstico
Para diagnosticar y evaluar una fractura de calcáneo, el cirujano de pie y tobillo hará preguntas sobre cómo se produjo la lesión, examinará el pie y el tobillo afectados y pedirá radiografías. Además, es habitual que se requieran pruebas de imagen avanzadas.
Tratamiento
El tratamiento de las fracturas de calcáneo viene dictado por el tipo de fractura y el alcance de la lesión. El cirujano de pie y tobillo discutirá con el paciente el mejor tratamiento -ya sea quirúrgico o no- para la fractura.
Para algunas fracturas, se pueden utilizar tratamientos no quirúrgicos. Estos incluyen:
En el caso de las fracturas traumáticas, el tratamiento suele consistir en una intervención quirúrgica para reconstruir la articulación o, en casos graves, para fusionarla. El cirujano elegirá el mejor enfoque quirúrgico para el paciente.
Rehabilitación
Independientemente de si el tratamiento de una fractura de calcáneo ha sido quirúrgico o no, la fisioterapia suele desempeñar un papel fundamental en la recuperación de la fuerza y el restablecimiento de la función.
Complicaciones de las fracturas de calcáneo
Las fracturas de calcáneo pueden ser lesiones graves que pueden producir problemas de por vida. Es frecuente que aparezca artritis, rigidez y dolor en la articulación. A veces, el hueso fracturado no consigue curarse en la posición adecuada. Otras posibles consecuencias a largo plazo de las fracturas de calcáneo son la disminución de la movilidad del tobillo y la cojera debido al colapso del hueso del talón y la pérdida de longitud de la pierna. Los pacientes a menudo requieren una cirugía adicional y/o el uso a largo plazo o permanente de una férula o un dispositivo ortopédico (soporte del arco) para ayudar a controlar estas complicaciones.