El Floridita

Este legendario bar de La Habana, uno de los muchos que frecuentaba papá Hemmingway, es elegante y con clase, presidido por camareros con elegantes chaquetas rojas. Orgulloso…

Este legendario bar de La Habana, uno de los muchos que frecuentaba papá Hemmingway, tiene clase y elegancia, presidido por camareros con elegantes chaquetas rojas. Orgulloso de su reputación como la Cuna del Daiquiri, sólo hay una bebida que pedir aquí que sería negligente no pedir. La decoración es lujosa y elegante y la sala está dominada por la larga barra central, aunque hay más asientos en la parte de atrás. El ambiente es maduro y sofisticado. Su atractivo reside sobre todo en su herencia literaria, pero si quiere refrescarse en una tarde calurosa o apoyar la barra en honor del propio hombre, merece una visita. También sirve un buen plato de gambas salteadas, aunque hay que decir que el precio de la comida es bastante elevado para lo que se obtiene.

Lo que dicen sus compañeros
«He pasado demasiado tiempo en el Floridita y, sin embargo, siempre me siento atraído por él como una polilla hacia la llama. Sus paredes están impregnadas de la historia atmosférica de una época pasada y tiene un encanto desvaído propio. Mucha gente lo acusa de ser sólo un destino turístico, pero es mucho más que eso, es la historia viva de un bar. Le sugiero que vaya, como hizo Hemmingway en su primera visita, justo cuando abre por la mañana. Pídase un Daiquiri y un café y lea el periódico en uno de los taburetes del bar. Una experiencia que reafirma la vida, sin duda». Nick Strangeway de Strange Hill

«Los coches no son los únicos retrocesos en La Habana, y aunque puede que cambien en un futuro próximo, es mucho menos probable que el Floridita se modernice. Tiene un aspecto muy parecido al que tenía cuando Ernest Hemingway, Spencer Tracy y Katherine Hepburn bebían allí. Aunque todo el mundo tiene al menos un Daiquiri Frappée, otras bebidas como el Presidente y el Manhattan cubano son igual de buenas e igualmente clásicas. Los lugareños llegan bien vestidos, mientras que los turistas se ven con camisas de flores y pantalones cortos de color caqui, y todos acaban mezclándose con la música en directo». Anistatia Miller y Jared Brown de Mixellany Ltd.

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