El impacto de la Revolución Verde

La Revolución Verde
Hasta principios del siglo XX, las prácticas agrícolas en los países en vías de desarrollo habían cambiado muy poco durante miles de años. El crecimiento de la población hizo que estos países tuvieran que encontrar la manera de alimentar a sus habitantes. Fueron necesarias nuevas técnicas para garantizar el aumento de la producción de cultivos en lugares que luchaban por producir cantidades adecuadas de alimentos. Estas innovaciones dieron sus frutos con la implementación de lo que hoy se conoce como la Revolución Verde.

La Revolución Verde es un conjunto de cambios que se produjeron en los países en desarrollo y que supusieron un aumento de la producción de cultivos. Estos cambios incluyeron la introducción de nuevas técnicas de irrigación que la gente podía utilizar para cultivar la tierra, la plantación de semillas modificadas genéticamente que aumentan las cosechas y la aplicación de pesticidas y fertilizantes químicos. Estas técnicas permitieron a las naciones producir más cosechas que en el pasado.

Una de las personas que más contribuyó al éxito de la Revolución Verde fue un científico estadounidense llamado Norman Borlaug. En 1954, Borlaug, con la financiación de las fundaciones Ford y Rockefeller, desarrolló una variedad de semillas de trigo de alto rendimiento (HYV) modificada genéticamente. Estas semillas se destinaron a Filipinas, India y México, donde pudieron aumentar significativamente sus cosechas de años anteriores. Este tipo de desarrollo de semillas daría lugar a otras HYV de semillas, como la judía, el arroz y el maíz, que podrían crecer en otras partes del mundo. Borlaug es responsable de haber salvado a más de mil millones de personas de la inanición en los países en desarrollo.

La Revolución Verde y México

Inicialmente, la Revolución Verde comenzó en la década de 1940 en México. El gobierno mexicano recibió una subvención de la Fundación Rockefeller para acabar descubriendo formas de utilizar la tierra seca para la producción masiva de cultivos. Junto con los cambios en la irrigación, el gobierno mexicano creó el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo que ayudó con la investigación para descubrir HYV más fuertes de los cultivos que pueden sobrevivir a la tierra árida del noroeste de México y producir más productos. El trigo se convirtió en uno de los cultivos más exitosos de México, y en 1960 pudo pasar de importar trigo a exportarlo. Ahora México es un gran exportador de trigo, y hasta agosto de 2019, ha exportado 1 millón de toneladas métricas de trigo gracias al éxito de la revolución verde.

La Revolución Verde y la India

En 1950, tras la notoria hambruna que sufrió la India la década anterior, el país seguía luchando por alimentar a su creciente población de más de 375 millones de personas. India tenía un problema con el número de cultivos que producía; simplemente no era suficiente. Debido al éxito de los cultivos HYV en México, el gobierno indio, junto con la financiación de la Fundación Ford, pudo llevar esos cultivos a la región del norte de India, el Punjab. La región de Punjab recibió esas semillas debido a su éxito agrícola en el pasado y al acceso al agua. La introducción de las nuevas semillas HYV ayudó a evitar la hambruna generalizada y aumentó considerablemente la producción de trigo en la India. En 1960, India producía 10 millones de toneladas de trigo; en 2006 producía 69 millones de toneladas. En la actualidad, la población de la India es de 1.300 millones de habitantes y sigue creciendo, por lo que necesita continuar con su éxito. Con el 44% de la población activa actual de la India en la industria agrícola, hay quien pide una segunda Revolución Verde para alimentar a la población en constante aumento. En 2019, India ya ha establecido un nuevo máximo histórico de producción de trigo con más de 100 millones de toneladas, pero las exportaciones son menores que en años anteriores.

La Revolución Verde y Filipinas

El Gobierno de Filipinas creó el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI) en 1960 con financiación de la Fundación Rockefeller y la Fundación Ford. El instituto surgió para descubrir nuevas cepas de arroz que pudieran alimentar a la creciente población de Asia. En 1966 el IRRI produjo una nueva forma de arroz llamada IR8, o arroz milagroso, que era un cruce entre dos tipos de arroz, Peta y Dee-Geo-woo-gen. En los 20 años siguientes al descubrimiento del IR8, la producción anual de arroz de Filipinas pasó de 3,7 millones de toneladas a 7,7 millones. El IR8 fue un cultivo HYV tan exitoso que hizo que Filipinas se convirtiera en exportador de arroz por primera vez en el siglo XX. Recientemente pudo exportar 35 toneladas de arroz tras comprobar el éxito de sus cultivos. El país es ahora el octavo mayor productor de arroz del mundo, habiendo producido el 2,7% del arroz mundial.

Ninguno de los éxitos de la Revolución Verde habría sido posible si no fuera por las subvenciones de organizaciones benéficas así como por la dedicación de líderes como Norman Borlaug. A través de la innovación y la investigación científica, el mundo vio descubrimientos que ayudaron a miles de millones de personas en los países en desarrollo. México, India y Filipinas fueron capaces de superar obstáculos como su entorno y el crecimiento de la población para ayudar a alimentar al mundo.

– Samuel Bostwick
Foto: Flickr

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *