Cuando los colores brillantes del otoño empiezan a dar paso a los grises lúgubres del invierno, la gente suele buscar formas de llevar un poco de color botánico al interior para disfrutarlo. Es en esta época del año cuando una especie en particular empieza a aparecer en los arreglos florales, pero no son las flores las que interesan, sino las semillas. Esta especie es tan popular en los arreglos florales que su número en la naturaleza se enfrenta a una fuerte disminución.
Conozca la Celastrus scandens, la vid agridulce americana. Pertenece a la familia Celastraceae, lo que la convierte en prima lejana del Euonymus. Esta encantadora enredadera trepadora es nativa de gran parte del este de América del Norte y se encuentra más a gusto creciendo en el borde de las parcelas de bosque, matorrales y a lo largo de acantilados y afloramientos rocosos. Como ya se ha dicho, no son las flores de esta especie las que llaman la atención, sino sus vistosas semillas. Encerradas en cápsulas de color naranja brillante, los frutos de color carmesí son tóxicos para los mamíferos, pero muy codiciados por las aves. A pesar de su toxicidad, los humanos codician estos frutos. Se cortan vides enteras y se utilizan en arreglos florales, especialmente durante los meses de otoño. Esto ha tenido efectos perjudiciales en las poblaciones silvestres de la agridulce americana.