Aunque no siempre es así, las lesiones en la cabeza como las conmociones cerebrales pueden ser extremadamente graves y aterradoras. Un traumatismo craneal provocado por la práctica de un deporte, una caída grave o un accidente de tráfico puede provocar la rotura de un vaso sanguíneo en el cerebro y provocar una hemorragia cerebral. Esta acumulación de sangre dentro del cráneo se conoce como hematoma intracraneal. En algunos casos, un hematoma puede desarrollarse y empeorar progresivamente en el transcurso de semanas. En otros casos, el hematoma puede expandirse rápidamente y presentar una condición emergente que amenaza la vida. Nuestros neurocirujanos certificados querían centrarse en dos tipos diferentes de hematomas intracraneales, el epidural y el subdural, para ayudar a nuestros lectores a entender mejor estas condiciones.
Nuestros cerebros están cubiertos por 3 capas de membrana (conocidas médicamente como meninges), que proporcionan efectivamente un revestimiento al cerebro. La más cercana al cerebro es la piamadre. Más allá, se encuentra la aracnoides. Por último está la duramadre, que es un gran material fibroso que cubre el cerebro y se adhiere firmemente al cráneo. Tanto los hematomas epidurales como los subdurales implican una hemorragia fuera del cerebro y fuera o dentro de la duramadre.
Un hematoma epidural se produce cuando hay una hemorragia dentro del cráneo pero fuera de la duramadre. Los pacientes con un hematoma epidural pueden permanecer conscientes con síntomas mínimos, pueden volverse somnolientos o pueden evolucionar hacia el coma inmediatamente después de la lesión, según el tamaño del hematoma. Un hematoma subdural se produce cuando la hemorragia existe dentro de la duramadre, pero todavía fuera del cerebro. Los hematomas subdurales pueden ser agudos, que se producen y detectan poco después del traumatismo, subagudos (los síntomas se desarrollan en los días/semanas siguientes a la lesión), o crónicos (los síntomas se producen semanas o meses después del momento de la lesión).
En cualquier caso, la hemorragia causada por un hematoma intracraneal puede formar una masa que presiona el tejido cerebral y provoca una amplia variedad de síntomas potencialmente peligrosos. Estos síntomas pueden incluir dolores de cabeza, convulsiones, náuseas, vómitos, debilidad física, dificultad para hablar, cambios en la visión, etc.
Los hematomas se diagnostican con un TAC o una RMN del cerebro. En el caso de que se detecte un hematoma, es imperativo obtener una evaluación urgente con un neurocirujano inmediatamente para evitar el empeoramiento de los síntomas o incluso la muerte. En algunos casos, un pequeño hematoma epidural o subdural puede resolverse de forma natural con el tiempo. Sin embargo, muchos pacientes requieren una cirugía cerebral para eliminar el hematoma.
Los neurocirujanos de Georgia Brain & Spine Center tienen una gran experiencia en el diagnóstico, el tratamiento y el cuidado de los pacientes que sufren un hematoma intracraneal o cualquier otra afección cerebral grave. Si desea más información sobre las afecciones cerebrales que tratamos, o si desea una segunda opinión sobre un diagnóstico previo, póngase en contacto con Georgia Brain & Spine en el 1 (800) GO-SPINE para programar una consulta hoy con el Dr. Elias Dagnew o el Dr. Michael Hartman. No se olvide de seguirnos en Facebook y Twitter para las últimas noticias, actualizaciones de la práctica, publicaciones en el blog, y más.