Charles Dickens no sólo fue uno de los más grandes novelistas del siglo XIX, sino también un inspirado actor y director, que representó Cuento de Navidad por todo el país como un espectáculo unipersonal. Conocido por su habilidad innata para convocar a cada uno de los 38 personajes, Dickens fue alabado por su capacidad de crear un mundo fascinante para que su público lo habitara.
Dickens no podía estar más equivocado sobre el verdadero Scroggie
Pero, ¿cómo creó el autor a Ebenezer Scrooge – «un exprimido, que aprieta, que agarra, que raspa, que se aferra, que es un viejo pecador codicioso», como lo describe Dickens?
Se ha sugerido que durante un paseo por el kirkyard de Canongate, en Edimburgo, en junio de 1841, Dickens se encontró con la lápida de un tal Ebenezer Lennox Scroggie. La lápida indicaba como profesión de Scroggie «meal man», refiriéndose a su oficio de comerciante.
De alguna manera, Dickens lo interpretó erróneamente como «mean man» y más tarde escribió en su cuaderno: «Ser recordado por toda la eternidad sólo por ser mezquino parecía el mayor testamento de una vida desperdiciada».
No podía estar más equivocado sobre el verdadero Scroggie.
La investigación del economista político Peter Clark ha demostrado que había sido un comerciante de maíz y viticultor cuya familia había abastecido al barco del capitán Cook, el Endeavour, mientras éste cartografiaba el Pacífico.
Scroggie importaba vino a granel y exportaba whisky a cambio, construyendo una reputación y ganando el patrocinio real, lo que le llevó a actuar durante dos años como Lord Provost de Edimburgo. Era un hombre jovial y un pícaro que en una ocasión interrumpió la Asamblea General de la Iglesia de Escocia al soltar a la Condesa de Mansfield.
Puede que también se aprovechara de uno de sus sirvientes, teniendo un hijo fuera del matrimonio – no es el comportamiento que se esperaría del Scrooge de Dickens; bueno, tal vez después de las visitas.
Desgraciadamente, la lápida se perdió durante la restauración de la Iglesia en 1932. Pero hay planes para reconocer a Scroggie y su vida erigiendo un monumento y llamando la atención sobre su influencia literaria.