Historia de México

Períodos Formativo Temprano, Medio y Tardío

Para el año 2000 a.C. algunas comunidades aldeanas de la América Media se sustentaban en gran medida o totalmente en la agricultura. La mayoría de estas aldeas se encontraban en el sur de Mesoamérica, pero los hallazgos arqueológicos en Cerro Juanaquena, Chihuahua, no lejos de la actual frontera con Estados Unidos, sugieren un desarrollo agrícola temprano también en el norte de México. Durante el Período Formativo Temprano se mejoraron numerosas plantas comestibles mediante hibridación y técnicas de cultivo más sofisticadas.

El Período Formativo Medio fue una época de transición de la simple aldea agrícola a sociedades más complejas organizadas en torno a capitales político-religiosas, que posiblemente incluían ciudades densamente pobladas. Aunque estas y otras sociedades debieron construir numerosas estructuras de madera, cañas y paja -materiales ampliamente disponibles en los bosques circundantes-, hace tiempo que se pudrieron bajo el sol tropical. Por ello, los arqueólogos han tendido a centrarse en las estructuras de piedra y tierra que han resistido los estragos del tiempo. Los primeros grandes centros ceremoniales construidos en piedra y las primeras esculturas monumentales de piedra datan del periodo Formativo Medio, alrededor del año 1000 a.C. en el sur de Veracruz y Tabasco. Se trata de San Lorenzo y La Venta, que pasaron de ser pequeñas aldeas agrícolas a impresionantes centros urbanos. Son los dos sitios principales del arte olmeca, que exhibía un control consumado tanto de las formas redondas completas como de los bajorrelieves. Los artistas olmecas hicieron grandes cabezas de piedra, altares, grandes máscaras de mosaico y estelas, y también trabajaron como lapidarios en exquisitas figurillas de jade y otros objetos pequeños. A menudo representaban rostros humanos, aunque muchos de ellos tenían bocas y orificios nasales de jaguar. La influencia estilística olmeca llegó hasta Oaxaca, Chiapas, Guatemala, El Salvador y el Valle de México.

El pueblo olmeca tallaba enormes cabezas en la roca volcánica.
El pueblo olmeca tallaba enormes cabezas en la roca volcánica.
George Holton/Foto Investigadores

El Período Formativo Tardío vio la propagación de sociedades complejas en gran parte de América Central. Aparecieron los jeroglíficos y los complejos cálculos calendáricos. Estos elementos de la civilización se observan por primera vez en asociación con los Tres Zapotes, Izapan y los primeros estilos de arte oaxaqueño. La verdadera ciudad o centro urbano también surgió durante este período. Una de las primeras manifestaciones de vida urbana densamente asentada tuvo lugar en el Valle de México, en Teotihuacán, que llegó a cubrir un área de unas 8 millas cuadradas (20 kilómetros cuadrados) y albergaba entre 125.000 y 200.000 residentes. Las ruinas monumentales de la ciudad, incluida la enorme Pirámide del Sol y la Avenida de los Muertos, de 40 metros de ancho, siguen siendo un foco de estudio arqueológico y una gran atracción turística.

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