El Imperio Persa es el nombre dado a una serie de dinastías centradas en el actual Irán que abarcó varios siglos, desde el siglo VI a.C. hasta el siglo XX d.C. El primer Imperio Persa, fundado por Ciro el Grande alrededor del año 550 a.C., se convirtió en uno de los mayores imperios de la historia, extendiéndose desde la península balcánica de Europa en el oeste hasta el valle del Indo en la India en el este. Esta dinastía de la Edad de Hierro, a veces llamada Imperio Aqueménida, fue un centro mundial de cultura, religión, ciencia, arte y tecnología durante más de 200 años antes de caer ante los ejércitos invasores de Alejandro Magno.
Ciro el Grande
El Imperio Persa comenzó como un conjunto de tribus seminómadas que criaban ovejas, cabras y ganado en la meseta iraní.
Ciro el Grande -el líder de una de estas tribus- comenzó a derrotar a los reinos cercanos, incluyendo a Media, Lidia y Babilonia, uniéndolos bajo un mismo gobierno. Fundó el primer Imperio Persa, también conocido como Imperio Aqueménida, en el año 550 a.C.
El primer Imperio Persa bajo el mando de Ciro el Grande pronto se convirtió en la primera superpotencia del mundo. Unió bajo un gobierno tres importantes lugares de la primera civilización humana en el mundo antiguo: Mesopotamia, el valle del Nilo en Egipto y el valle del Indo en la India.
Ciro el Grande está inmortalizado en el Cilindro de Ciro, un cilindro de arcilla inscrito en el año 539 a.C. con la historia de cómo conquistó Babilonia al rey Nabónido, poniendo fin al imperio neobabilónico.
Darío el Grande, el cuarto rey del Imperio Aqueménida, gobernó el Imperio Persa cuando éste se encontraba en su máximo esplendor, extendiéndose desde el Cáucaso y Asia Occidental hasta lo que entonces era Macedonia (los actuales Balcanes), el Mar Negro, Asia Central, e incluso hasta África, incluyendo partes de Libia y Egipto. Unificó el imperio mediante la introducción de una moneda y pesos y medidas estándar, haciendo del arameo la lengua oficial y construyendo carreteras. La Inscripción de Behistun, un relieve multilingüe tallado en el monte Behistun, en el oeste de Irán, ensalza sus virtudes y fue una clave fundamental para descifrar la escritura cuneiforme. Su impacto es comparable al de la Piedra de Rosetta, la tablilla que permitió a los estudiosos descifrar los jeroglíficos egipcios.