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La Iridotomía Periférica con Láser o LPI, se utiliza exclusivamente para el manejo en pacientes con glaucoma de ángulo estrecho o cerrado. Con el glaucoma de ángulo estrecho o cerrado, hay un drenaje en el ojo, y ese drenaje está en riesgo de ser bloqueado o cubierto completamente por la parte coloreada del ojo, o el iris. El riesgo de que esto ocurra suele basarse únicamente en el tamaño del ojo y en la edad del mismo. Así, los pacientes hipermétropes o con ojos algo más cortos y los mayores de 40 años tienden a tener el mayor riesgo de padecer glaucoma de ángulo estrecho o cerrado. A menudo, si no siempre, los pacientes con este riesgo son completamente asintomáticos hasta que la enfermedad comienza a presentarse. Y la presentación de esta enfermedad suele ser bastante repentina y grave. Afortunadamente existe un tratamiento, o terapia láser llamada LPI para eliminar completamente el riesgo de que se desarrolle.
Este tratamiento láser se realiza en un entorno muy similar a la sala de examen habitual. El láser está conectado a una lámpara de hendidura, que es el mismo tipo de dispositivo de mesa que su médico utiliza para examinar sus ojos en la oficina. El tratamiento se realiza con el paciente sentado. El paciente recibe gotas para adormecerlo. No se necesita anestesia intravenosa. No se necesita sedación. Una vez colocada la gota adormecedora en el ojo, el médico realizará el tratamiento en un período aproximado de uno a dos minutos. El dolor del tratamiento es mínimo. Algunos pacientes describen una sensación de chasquido, como si se rompiera una pequeña goma elástica. No es un tipo de dolor abrumador como el que pensamos en los procedimientos dentales. No hay dolor después del tratamiento y los pacientes pueden reanudar sus actividades normales al día siguiente.