Kylie es una palabra noongar que significa «boomerang». Espera… ¿qué? Te lo explicamos. En primer lugar, los noongar son un antiguo pueblo aborigen que aún vive en el extremo suroeste de Australia (alrededor de Perth). Un «kylie/kiley» no es exactamente un «boomerang» propiamente dicho. En realidad, la palabra «boomerang» procede de otra lengua aborigen (ya extinguida) del sureste de Australia. La palabra fue atestiguada por primera vez en 1798 como «wo-mur-rāng» por David Collins (el primer teniente gobernador británico de Tasmania). Describía un objeto arrojadizo que, una vez lanzado al aire, acababa volviendo a su lanzador. Un «kylie», sin embargo, es esencialmente un bumerán que no regresa. El «kylie» tiene un tamaño y una forma similares a los de un bumerán, pero se utiliza específicamente para la caza y/o la guerra (más que para el deporte o la diversión). Los kylies son palos más grandes, similares a un arma, que pueden lanzarse a grandes distancias y perjudicar enormemente a su objetivo en manos de un lanzador hábil. Los aborígenes llevan lanzando tanto boomerangs como kylies desde hace diez mil años -una costumbre que continúa en la actualidad-, por lo que se considera en gran medida un objeto icónico en Australia. En realidad, los kylies son más difíciles de fabricar y de lanzar que un bumerán normal de vuelta, pero cuando se hace correctamente, ¡se pueden lanzar hasta 1/8 de milla! No es de extrañar que fueran los australianos los primeros en convertir el «kylie» en un nombre personal femenino. Hoy, sin embargo, el nombre es más popular en Estados Unidos y Canadá.