La Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) ha actualizado sus directrices de práctica clínica tanto sobre las terapias dirigidas como sobre el tratamiento con quimioterapia para las mujeres con cáncer de mama HER2 negativo, que constituye aproximadamente el 80% de todos los cánceres de mama diagnosticados en Estados Unidos.
Según la guía, la terapia hormonal, en lugar de la quimioterapia, es el tratamiento de primera línea preferido para las pacientes con cáncer de mama metastásico con receptores de estrógeno positivos, excepto en los casos de enfermedad con riesgo vital inmediato o cuando se sospecha que una paciente es resistente al tratamiento hormonal. La terapia posterior debe consistir en una quimioterapia secuencial. No existe un agente único que se prefiera como terapia de primera o última línea. La decisión debe basarse más bien en los factores del paciente, como las terapias anteriores, la toxicidad, el estado funcional, las comorbilidades y la preferencia del paciente. También se subrayó que el papel de bevacizumab para el cáncer de mama sigue siendo controvertido.
A partir de los estudios más actualizados basados en la evidencia, la guía proporciona una herramienta para que los clínicos puedan elegir la mejor terapia para cada paciente. El panel de expertos de la ASCO analizó estudios desde 1993 hasta mayo de 2013, incluyendo 30 ensayos clínicos de primera línea y 29 de segunda línea y posteriores, así como 20 meta-análisis y revisiones sistemáticas.
«Hay muchos tipos de tratamientos disponibles, pero algunos son innecesariamente tóxicos», dijo el doctor Ian E. Smith, copresidente del panel de expertos, en un comunicado. «Esta directriz subraya que el cáncer de mama puede controlarse a menudo con enfoques menos intensivos que ofrecen una mejor calidad de vida a las pacientes. Los pacientes deben participar en las decisiones sobre su propio tratamiento y también se les debe animar a participar en los ensayos clínicos siempre que sea posible.»
Resumen de las recomendaciones de la guía
1. El tratamiento estándar de primera línea debe ser la terapia hormonal para las mujeres con cáncer de mama metastásico con receptores hormonales positivos, excepto en los casos de enfermedad con riesgo vital inmediato o en presencia de una posible resistencia a la terapia hormonal.
2. Los agentes quimioterapéuticos deben administrarse de forma secuencial, no en combinación, para reducir los acontecimientos adversos y para no disminuir la calidad de vida.
3. Los médicos y los pacientes deben tomar las decisiones de tratamiento conjuntamente, teniendo en cuenta las terapias anteriores, los posibles efectos secundarios, el calendario de tratamiento, las enfermedades crónicas existentes y las preferencias de los pacientes.
4. Bevacizumab sólo debe considerarse con quimioterapia de agente único en presencia de una enfermedad con riesgo vital inmediato o de síntomas graves. Aunque bevacizumab puede reducir el tamaño de los tumores y retrasar la progresión de la enfermedad en algunas pacientes, según las directrices, el anticuerpo no ha demostrado que prolongue la supervivencia global y actualmente no está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para el tratamiento del cáncer de mama.
5. No debe utilizarse ningún otro agente dirigido además de la quimioterapia o en sustitución de ésta. Sólo everolimus, un agente dirigido contra la vía mTOR, está aprobado junto con exemestano, una terapia hormonal, para las mujeres con cáncer de mama de receptores hormonales positivos en fase inicial, cuando la enfermedad aún responde a la terapia hormonal.
6. Los cuidados paliativos deben iniciarse de forma temprana y ofrecerse a lo largo de la atención de las pacientes con cáncer de mama.
7. Dado que no existe cura para el cáncer de mama avanzado, los médicos deben animar a todas las pacientes con cáncer de mama HER2 negativo que reúnan los requisitos necesarios a participar en ensayos clínicos para beneficiarse potencialmente de los prometedores tratamientos experimentales.