En 1587 se fundó una pequeña colonia en una isla de la costa oriental de Norteamérica. El asentamiento habría sido la primera colonia inglesa permanente en el Nuevo Mundo, si los colonos no hubieran desaparecido por circunstancias desconocidas. La colonia perdida de Roanoke es uno de los misterios más sonados de la historia de Estados Unidos; las crípticas pistas dejadas en el asentamiento abandonado y la falta de pruebas concretas lo convierten en el centro de especulaciones y teorías descabelladas.
En el difícil año de la fundación del asentamiento, su alcalde, John White, partió hacia Inglaterra para solicitar recursos y mano de obra. Regresó tres años más tarde y encontró el asentamiento vacío: su esposa, su hijo y su nieto, el primer niño inglés nacido en América, habían desaparecido. La palabra CROATOAN y las letras CRO, talladas en los árboles dentro de los límites de la colonia, eran los únicos indicios que apuntaban a una explicación. A pesar de las pistas, la tripulación que regresó no pudo buscar a los colonos desaparecidos; una tormenta se acercó justo cuando llegaron al desolado asentamiento, lo que les obligó a regresar a Inglaterra.
Sobre la base del misterioso tallado en los árboles, la cercana isla Croatoan, ahora conocida como isla Hatteras, es el lugar al que muchos creen que se trasladaron los colonos. En el momento de la fundación de la colonia, los indios Hatteras ocupaban la isla, y una teoría popular supone que los colonos se unieron al grupo de nativos americanos para superar su falta de recursos y conocimiento de la tierra.
Una supuesta prueba de esta afirmación es la existencia de tallas en piedras que supuestamente fueron realizadas por Eleanor Dare, la hija de John White. Estas piedras, a menudo llamadas las Piedras Dare, contienen historias escritas que cuentan los destinos de los colonos y anécdotas personales de Dare a su padre. Aunque se cree en gran medida que son un engaño y una falsificación, hay cierta creencia académica de que al menos una de las piedras puede ser auténtica.
Desde 1998, el Proyecto Croatoan ha investigado y aportado pruebas arqueológicas que respaldan la teoría de que los colonos se trasladaron para estar con la tribu de Hatteras, o al menos interactuar con ella. Los artefactos y objetos encontrados en los poblados Croatoan que sólo poseían o habían fabricado los colonos ingleses de la época han solidificado la conexión entre los dos grupos. Pero a pesar de estas pruebas, y de muchas otras teorías, es probable que nunca se encuentre una respuesta definitiva al misterio de la desaparición de los colonos.