Hace 20 años, una de las mejores películas de nuestra generación apareció en nuestras pantallas y no sólo nos dio estrellas como Julia Stiles y Heath Ledger, sino una tonelada de fomo en lo que respecta a las experiencias en el instituto, especialmente con nuestros propios institutos. 10 Things I Hate About You se rodó principalmente en el Stadium High School en Tacoma, Washington, y la escuela se parece más a un castillo mágico de Disney que a un centro de aprendizaje real.
Hay una razón por la que la estructura fue construida originalmente en la década de 1800, y la escuela de 10 Things fue utilizada por primera vez como un hotel de lujo por el Ferrocarril del Pacífico Norte. Fue abandonado a finales del siglo XIX tras la crisis financiera y fue completamente destruido por un incendio poco después. Después de estar abandonado durante bastante tiempo, el edificio fue comprado por el distrito escolar en 1906 y abrió como escuela secundaria en Tacoma-y el resto fue historia.
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El instituto Padua, llamado así en la película, se utilizó en un montón de tomas reconocibles, incluyendo ese momento citable en el que Bianca Stratford le dijo a su mejor amiga Chastity (interpretada por Gabrielle Union) que, aunque le gustaban sus Skechers, le encantaba su mochila Prada. Este intercambio tuvo lugar en el patio que lleva a la enorme escuela, y será para siempre una pieza icónica de la historia del cine adolescente. (En caso de que no la hayas visto, la película involucra a dos hermanas -una popular, otra no- cuyo padre decide que la hija más joven y popular sólo puede salir cuando lo haga su solitaria hermana mayor. Y así comienza un plan inspirado en Shakespeare en el que un chico paga al chico malo de la escuela, alias Ledger, para que convenza a la hermana mayor de que salga con él, para que el chico pueda salir con la popular.)
Para celebrar el 20º aniversario de la película, el instituto Stadium proyectó 10 cosas que odio de ti en el campo de fútbol, justo en el lugar en el que Heath Ledger realizó una interpretación ligeramente embarazosa (pero completamente encantadora) de «Can’t Take My Eyes Off You» de Frankie Valli. Aunque puede que no haya conseguido robarle el corazón a Kat Stratford durante esa escena (para eso hubo que convencerla un poco más), definitivamente nos robó el nuestro.
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