La miel es un alimento algo controvertido entre los veganos.
A diferencia de los alimentos abiertamente animales como la carne, los huevos y los lácteos, los alimentos procedentes de insectos no siempre se agrupan en la categoría vegana.
De hecho, algunos veganos que siguen una dieta totalmente vegetal pueden optar por incluir la miel en su dieta.
Dicho esto, la mayoría de los veganos consideran que la miel no es vegana y evitan consumirla por varias razones, que se explican a continuación.
La miel es el resultado de la explotación de las abejas
La mayoría de los veganos no ven ninguna diferencia entre la cría de abejas y otras formas de cría de animales.
Para optimizar los beneficios, muchos criadores comerciales de abejas emplean prácticas que no son éticas según los estándares veganos.
Estas incluyen el corte de las alas de las abejas reinas para evitar que huyan de la colmena, la sustitución de la miel cosechada por jarabes de azúcar nutricionalmente inferiores, y la matanza de colonias enteras para evitar la propagación de enfermedades, en lugar de darles medicamentos (1).
Los veganos optan por tomar una posición contra estas prácticas de explotación evitando la miel y otros productos de las abejas, incluyendo el panal, el polen de abeja, la jalea real o el propóleo.
La cría de miel puede perjudicar la salud de las abejas
Muchos veganos evitan el consumo de miel porque la cría comercial de miel puede perjudicar la salud de las abejas.
La función principal de la miel es proporcionar a las abejas carbohidratos y otros nutrientes esenciales como aminoácidos, antioxidantes y antibióticos naturales.
Las abejas almacenan miel y la consumen durante los meses de invierno cuando la producción de miel disminuye. Les proporciona energía, ayudándolas a mantenerse sanas y a sobrevivir durante el tiempo frío (2).
Para su venta, la miel se quita a las abejas y a menudo se sustituye por sacarosa o jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) (3, 4).
Estos carbohidratos suplementarios están destinados a evitar que las abejas se mueran de hambre durante los meses más fríos y a veces se administran en primavera para fomentar el crecimiento de la colonia y estimular el flujo de néctar.
Sin embargo, la sacarosa y el JMAF no aportan a las abejas los numerosos nutrientes beneficiosos que se encuentran en la miel (4).
Además, hay pruebas de que estos edulcorantes dañan el sistema inmunológico de las abejas y pueden provocar cambios genéticos que reducen sus defensas contra los pesticidas. Ambos efectos pueden acabar dañando una colmena (5, 6).
Resumen
Los veganos evitan el consumo de miel para tomar partido contra la explotación de las abejas y las prácticas agrícolas que se cree que perjudican su salud.