La vida es una vida de cambios. Experimentamos transiciones en el trabajo y las relaciones, cambios en nuestra salud física y mental, y nuevos acontecimientos en nuestras comunidades locales y en nuestro mundo. A veces sabemos que se producirá un cambio, mientras que otras veces llega de forma repentina e inesperada. Puede que sea una decepción, o puede que sea una maravillosa sorpresa.
Muchas personas dedican mucho tiempo y energía a intentar evitar el cambio, pero éste les alcanzará inevitablemente. Si puedes aprender a afrontar el cambio, reducirás el riesgo de ansiedad y depresión. Tus relaciones florecerán y tu cuerpo se sentirá más sano. Pero si no puedes hacer frente al cambio, sólo una pequeña cantidad de estrés puede hacer que te sientas abrumado por la vida. También puede que te cueste establecer y cumplir los objetivos que tienes para ti mismo.
Ser capaz de afrontar el cambio se llama a veces resiliencia. Aunque tu entorno y tus genes pueden influir en tu nivel de resiliencia, la cantidad no está grabada en piedra. Practicar diferentes formas de pensar y estar en el mundo puede potenciar tu capacidad para afrontar el cambio y ayudarte a crear una vida que se adapte a nuevos lugares y acontecimientos inesperados. Echemos un vistazo a algunas prácticas saludables para aumentar tu nivel de resiliencia y hacer frente al cambio.
Evalúa tu nivel de control
A veces es demasiado fácil obsesionarse con acontecimientos sobre los que no tenemos ningún poder, o con personas que podrían no cambiar nunca sus acciones o su actitud. Pero en lugar de centrarse en culpar a los demás o mover lo inamovible, las personas resilientes ponen su mirada en lo que pueden controlar. Para evaluar tu nivel de control sobre una situación, puedes preguntarte: «¿De qué puedo responsabilizarme en esta situación?» Cuando busques oportunidades para empoderarte y trabajar hacia el cambio que es posible, es menos probable que te sientas atascado en situaciones difíciles.
Practica el autocuidado después de una pérdida
A menudo las transiciones de la vida implican pérdidas, como una muerte, una gran mudanza, la pérdida de un trabajo o el fin de una relación. Incluso las transiciones positivas, como una graduación o un cambio de trabajo, pueden hacerte sentir un poco triste. Durante estos momentos de transición, no rechaces la pena que puedas sentir. Reconoce la pérdida y presta atención a lo que has aprendido de la experiencia. Busque apoyo y camaradería entre sus amigos y familiares, y considere la posibilidad de hablar con un consejero u otro profesional de la salud mental si siente que necesita apoyo adicional durante la transición.
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Comprueba tus patrones de pensamiento
En tiempos de cambio, es fácil que tu mente corte por lo sano. Puede que lo veas todo en blanco o negro, o que asumas que ocurrirá lo peor. Pero si te tomas el tiempo de examinar tus patrones de pensamiento y evaluar qué tan racionales son, podrías encontrar algún espacio para inclinar tu pensamiento hacia la resiliencia. Si no está seguro de cómo ralentizar su mente, practicar técnicas de relajación, como la atención plena o la respiración profunda, puede ayudarle a sentirse más en control de su cerebro y de la forma en que evalúa un cambio importante.
También puede generar pensamientos más positivos si se toma el tiempo para recordar las transiciones y los retos que ha superado con éxito en el pasado. Haz una lista de las formas en las que has sido resiliente en tu vida, y considera qué rasgos y acciones podrían ayudarte a superar el desafío actual. Si te centras en tus puntos fuertes en lugar de en tus debilidades, te sentirás más capacitado para afrontar lo que te espera.
Está en el presente
Aunque es importante mirar al pasado para encontrar tus puntos fuertes, a veces puedes sentirte demasiado arrastrado hacia el futuro en tiempos de cambio. Cuando te preocupas por lo que te deparará el futuro o por los errores que puedas cometer, te olvidas de estar en el presente y de observar lo que ocurre a tu alrededor. Para volver al presente, ponte en sintonía con tu cuerpo. Presta atención a cómo responde al estrés y reserva un tiempo cada día para relajarte, respirar profundamente y volver a centrarte en el presente.
Encuentra tus prioridades
Las personas más resilientes ven el cambio como una oportunidad y no como un monstruo al que temer. Las transiciones en la vida te permiten considerar dónde están tus prioridades. Cómo quieres realmente pasar tu tiempo en la tierra? ¿Qué es realmente importante para ti? ¿Dónde ves que pierdes tu tiempo y tu energía? Con un sentido claro de tus objetivos y valores, descubrirás que tu mente y tu cuerpo pueden ser mucho más resistentes cuando se trata de los estresores del cambio.
Sobre todo, priorizar tu salud en las transiciones de la vida significa no tener miedo de pedir ayuda cuando la necesitas. Los seres humanos son criaturas sociales por naturaleza, por lo que no estás hecho para resistir todos los acontecimientos repentinos de la vida sin el apoyo de los demás. Habla con familiares y amigos que estén experimentando cambios similares, o considera la posibilidad de encontrar un grupo de apoyo en tu comunidad. Pregunte a su médico cómo priorizar su salud durante el cambio, y no tenga miedo de hablar con un consejero u otro profesional de la salud mental sobre cómo desarrollar la resiliencia. No puedes evitar el cambio, pero puedes vivir una vida de resiliencia. Puedes abrazar la transición y ver los desafíos como oportunidades para prosperar.