La purga de la España musulmana

La expulsión de los moriscos, Vicente Carducho, c.1627.

Entre 1609 y 1614, por orden real, se expulsó del país a casi toda la población anteriormente musulmana de España, conocida como moriscos. La deportación implicó a varios cientos de miles de personas y, en ese sentido, empequeñeció el mucho más conocido edicto de expulsión de los judíos españoles, redactado en 1492. La expulsión de los moriscos se menciona en los estudios generales en lengua inglesa sobre la España moderna temprana y existe una extensa literatura española sobre el tema, pero la historia completa no se ha contado en inglés durante muchos años. El periodista Matthew Carr ha redactado un relato bien documentado sobre el fin oficial de 900 años de presencia musulmana en España.

Carr hace un breve recuento de la conquista musulmana inicial de la mayor parte de España después del año 711, y de los acontecimientos entre la conquista cristiana de la mayor parte de la península ibérica, que tuvo lugar en el siglo XIII, y la captura en 1492, por los «Reyes Católicos», Fernando e Isabel, del último estado musulmán en España, el emirato de Granada. Carr se muestra acertadamente escéptico ante las imaginaciones modernas sobre las supuestas relaciones pacíficas de convivencia entre los musulmanes y sus vecinos cristianos y judíos entre el año 711 y la caída del califato de Córdoba en 1031. Señala las constantes tensiones, que a menudo conducen a la violencia, entre las tres comunidades religiosas, ya sea bajo el dominio musulmán o el cristiano, aunque se centra principalmente en lo que le ocurrió a la población musulmana en la España gobernada por los cristianos después de 1492.

Después de dar una cuenta clara y justa del deterioro y el fin de la vida abiertamente judía entre 1390 y 1500, Carr se centra en lo que les ocurrió a los musulmanes de España después de 1492. Describe el declive constante de las condiciones de vida de estos musulmanes, entre entonces y 1614. Inicialmente, el acuerdo de rendición de Granada permitió a los musulmanes conservar la libertad religiosa, al igual que sus equivalentes en la Corona de Aragón y, en particular, en el reino de Valencia. Sin embargo, pronto aumentó la presión misionera cristiana y, en 1502, se ordenó a todos los musulmanes que quedaban en la Corona de Castilla que se convirtieran al cristianismo o se marcharan. De este modo, se aplicaron a los musulmanes las medidas que antes se habían tomado contra los judíos, incluidas las acciones de la Inquisición. Sin embargo, mientras que los judíos no contaban con un Estado externo que defendiera sus intereses, los moriscos recibían el apoyo del norte de África musulmán y del Imperio Otomano en expansión. Se creó un clima de desconfianza entre los moriscos y la mayoría «cristiana vieja» (Cristiano Viejo), considerándose a los primeros como una especie de «quinta columna» o «enemigo interno». Las presiones percibidas de esta situación llevarían finalmente a Felipe III a ordenar la expulsión de todos los conversos musulmanes. En retrospectiva, este resultado parecía inevitable, tras la violenta rebelión morisca en las Alpujarras, cerca de Granada, entre 1568 y 1570.

De forma implacable, Carr narra los dolorosos pasos hacia el desenlace de la expulsión masiva entre 1609 y 1614. Aunque hay pruebas convincentes de que no todos los moriscos fueron expulsados -con una minoría considerada, sobre todo por algunos nobles, como miembros valiosos de la comunidad-, esta medida drástica y brutal cambió la sociedad española para siempre. Es una historia importante que está bien contada aquí y el epílogo de Carr extrapola directamente los acontecimientos españoles del siglo XVII a las tensiones interreligiosas de hoy en día. La cuestión está bien planteada. Los relatos contemporáneos del doloroso viaje de los refugiados moriscos a través de España, después de las anteriores expulsiones parciales del reino de Granada en 1502 y 1570, no pueden dejar de resonar en quienes son testigos de los modernos movimientos migratorios y de refugiados.

Este es un relato fidedigno, aunque a menudo desgarrador, de un triste episodio de la historia española y europea, que merece ser más conocido.

Sangre y fe: The Purging of Muslim Spain, 1492-1614
Matthew Carr
Hurst 427pp £12.99

John Edwards es historiador de España en la Universidad de Oxford. Entre sus libros destacan Fernando e Isabel (Longman, 2005) y María I: la hija del tiempo (Allen Lane, 2016).

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