La «fijación obsesiva por la miel» y los «comportamientos repetitivos de conteo» de Pooh dieron a los investigadores razones para creer que también padece un Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Piglet
Piglet, según los expertos, sufre claramente un Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Especulan que si se le hubiera diagnosticado cuando era joven, «se le podría haber administrado un agente antipánico… y se le habría salvado del trauma emocional que experimentó mientras intentaba atrapar a los heffalumps».
Eeyore
Quizás lo menos sorprendente de todo sea el diagnóstico de depresión de Eeyore. Desgraciadamente, los clínicos no tienen suficiente información para afirmar definitivamente si la condición de Eeyore es «como una depresión heredada, endógena, o… si algún trauma temprano contribuyó a su negativismo crónico».
Búho
El diagnóstico para el búho fue unánimemente acordado: «Obviamente brillante, pero disléxico»
«Sus conmovedores intentos de encubrir sus déficits fonológicos son similares a los que vemos día a día en otros tan afligidos»
Roo
Mientras que los investigadores se limitan a decir que se preocupan por el bebé Roo porque está creciendo en un hogar monoparental, Internet se ha encargado, de forma bastante extraña, de diagnosticar a Roo con autismo.
Shea y sus colegas, sin embargo, dicen: «Predecimos que algún día veremos a un Roo delincuente, hastiado y adolescente pasando el rato hasta altas horas de la noche en lo alto del bosque, con el suelo lleno de botellas rotas de extracto de malta y colillas de cardos ahumados.»
Kanga
De nuevo, el diagnóstico clínico para Kanga era sólo que era «algo sobreprotectora», sin embargo, Internet ha decidido que esto se traduce en Trastorno de Ansiedad Social.
Tigger
Aunque el Dr. Shea dijo a iNews que «mucho antes de saber lo que era el TDAH, sabía que Tigger tenía un comportamiento inusualmente impulsivo», Tigger no recibe oficialmente este diagnóstico en el artículo de la revista de la Asociación Médica Canadiense. En cambio, destacan el «patrón recurrente de conductas de riesgo» de Tigger.
«Fíjate, por ejemplo, en su impulsiva toma de muestras de sustancias desconocidas cuando llega por primera vez al Bosque de los Cien Acres», dicen los investigadores. «Con la más leve provocación prueba la miel, los granos de heno e incluso los cardos.»
«Tigger no tiene conocimiento del resultado potencial de su experimentación.»
Conejo
El conejo, aparentemente, es un narcisista.
«Observamos su tendencia a ser extraordinariamente engreído y su extraño sistema de creencia de que tiene una gran cantidad de relaciones y amigos.
«Parece tener una necesidad imperiosa de organizar a los demás, a menudo en contra de su voluntad, en nuevas agrupaciones, con él mismo siempre en la cima de la estructura informativa».
Christopher Robin
Los investigadores, curiosamente, no ofrecen ningún diagnóstico para Christopher Robin, aparte de señalar su «ausencia total de supervisión parental» y «el hecho de que este niño se pasa el tiempo hablando con animales».
Alternativamente, en Internet se confía bastante en que Christopher pueda ser diagnosticado de esquizofrenia, dado que manifiesta una serie de personajes de ficción desde su propia mente.
Por supuesto, cuando A. A. Milne escribió Winnie the Pooh, y publicó el cuento en 1926, no existía precisamente ninguna de estas categorías diagnósticas.
No existía el TDAH ni el TOC, y las concepciones de la depresión y la esquizofrenia eran muy diferentes.
Por lo tanto, es totalmente anacrónico aplicar estos trastornos a los personajes de Winnie the Pooh, por muy interesante que pueda parecer.
Sin embargo, la pregunta sigue siendo si Milne tenía la intención de que sus personajes representaran diferentes elementos de disfunción mental, aunque no estuvieran conceptualizados de la forma en que lo están ahora.
Es probable que nunca lo sepamos con seguridad.