El proceso de recuperación del ictus no es imposible, pero es un poco desafiante. Conseguir una vida normal después del ictus requiere mucho apoyo y esfuerzo. Muchos pacientes tienen miedo de no recuperar nunca del todo su coordinación muscular y se preguntan cuánto tiempo tardará en ocurrir si lo hace.
Por suerte, el departamento de ocupación y fisioterapia entiende estas preocupaciones y ha ideado múltiples formas de ayudar a los pacientes a recuperar su fuerza y coordinación muscular. Existen siete procesos de recuperación del ictus por los que pasan los pacientes.
Conocido comúnmente como el Enfoque Brunnstrom, las siete etapas ven el movimiento involuntario y el espástico como una parte vital del proceso y los utiliza para ayudar a la rehabilitación.
¿Qué es el Enfoque Brunnstrom?
Tabla de contenidos
El enfoque Brunnstrom es un producto de una gran fisioterapeuta sueca Signe Brunnstrom. El Enfoque Brunnstrom analiza cómo se pueden recuperar las habilidades motoras en todo el cuerpo del paciente en siete sencillos pasos.
En circunstancias normales, los movimientos musculares son el resultado de varios grupos musculares que trabajan juntos. Los investigadores utilizan el término «sinergias» para explicar la colaboración de los músculos del cuerpo humano. El cerebro desempeña un papel enorme en la coordinación de los músculos; esto se interrumpe después de un accidente cerebrovascular.
Después de sufrir un accidente cerebrovascular, sus músculos son mucho más débiles debido a la falta de coordinación entre el cuerpo y el cerebro. Como resultado, sus sinergias musculares se mueven en diferentes patrones anormales.
La mayoría de los tratamientos para el ictus están destinados a ayudar al cuerpo del paciente a adaptarse a ciertos movimientos y sinergias musculares. Por otro lado, el Enfoque Brunnstrom anima y enseña a los pacientes con ictus a utilizar los patrones de sinergia anormales para su mayor bien.
Desde su creación, el método se ha convertido en uno de los métodos de proceso de recuperación más populares y utilizados entre los pacientes, así como entre los terapeutas ocupacionales y físicos. Es muy eficaz en el ámbito clínico y mejora significativamente la musculatura involuntaria tras sufrir un ictus.
Etapa 1: Flaccidez
La primera etapa en el enfoque de recuperación del ictus de Brunnstrom es el primer período de choque en el que se establece la parálisis flácida después del ictus. La parálisis flácida (flacidez) es un término médico que se utiliza para explicar la falta total de movimiento voluntario.
La parálisis se produce por el daño nervioso, impidiendo que los músculos reciban información vital del cerebro; independientemente de que el cerebro sea capaz de mover los músculos o no.
En las etapas iniciales de la parálisis flácida, los pacientes con ictus son incapaces de mover los músculos del lado afectado del cuerpo. Si esta etapa continúa sin terapia física, los músculos se debilitan y comienzan a deteriorarse.
Los músculos requieren ser utilizados constantemente para mantener su tono y formación, y la parálisis flácida no deja que los músculos hagan este trabajo.
En términos médicos, la pérdida de los músculos se conoce como hipotonía. La hipotonía provoca entumecimiento y debilidad que interfiere en la calidad de vida del paciente. Además de los tratamientos y la fisioterapia para reducir la hipotonía en la etapa 1, es necesario modificar el estilo de vida para evitar que las extremidades se lesionen.
A pesar del daño que el ictus produce en el sistema neurológico, otros músculos y las células cerebrales sanas pueden compensar el daño. El cuerpo del paciente está lleno de múltiples herramientas con la capacidad de reducir las complicaciones y conducirlo a nuevas fases de recuperación.
Es aconsejable empezar a reentrenar el cuerpo y el cerebro lo antes posible, aunque el paciente aún tenga que luchar contra la hipotonía y la parálisis flácida.
Etapa 2: Cómo lidiar con la aparición de espasticidad
La segunda etapa en la recuperación del ictus es cuando las sinergias básicas de las extremidades vuelven a desarrollarse a medida que algunos músculos se activan y otros músculos que comparten el sistema comienzan a responder.
En esta etapa, los músculos comienzan a realizar movimientos espásticos, pequeños y anormales. Aunque estos movimientos son involuntarios, son signos positivos en su fase de recuperación. Sin embargo, si el movimiento no se produce en esta etapa, no hay nada de qué preocuparse.
Las sinergias musculares son el resultado de los movimientos coordinados de los músculos para realizar diversas tareas. Las sinergias permiten ciertos tipos de movimiento que implican músculos de activación recíproca o cooperativa.
Dado que están vinculados, un solo músculo activado puede llevar a una activación de otros músculos. Las sinergias pueden no permitir a los pacientes moverse como desean después de un accidente cerebrovascular. Sin embargo, el recrecimiento celular y el desarrollo neurológico se producen después de un ictus; se forman nuevas conexiones en los tejidos deteriorados.
Dos sinergias de las extremidades determinan las reacciones de un individuo al recrecimiento celular durante la segunda etapa de la recuperación. La primera es la sinergia flexora, que incluye la rotación externa del hombro, la flexión del codo y la supinación del antebrazo.
La segunda es la sinergia extensora, que implica la rotación interna del hombro con extensión del codo y pronación del antebrazo. Además de las sinergias musculares, algunos supervivientes de accidentes cerebrovasculares también experimentan espasticidad. Se trata de un aumento de sus reflejos normales de estiramiento. Durante la etapa 2, se representa como una resistencia al movimiento pasivo. La espasticidad de la etapa 2 conduce a movimientos en la parte superior del cuerpo.
Los músculos inactivos todavía requieren estimulación para formar conexiones con los neutrones. Aunque los nervios pueden haber sido seriamente dañados para permitir los movimientos voluntarios, todavía puede ocurrir en las etapas posteriores de la recuperación. Para mantener esta opción abierta, siga moviendo los músculos y miembros afectados.
Etapa 3: Aumento de la espasticidad
Durante esta etapa, la espasticidad aumenta hasta su punto máximo. La rigidez y la tirantez son el resultado del daño que el ictus produce en las vías nerviosas del cerebro y la médula espinal que controlan el movimiento de los músculos.
La incapacidad de restringir las neuronas motoras del cerebro conduce a un aumento de las contracciones musculares. La espasticidad hace que los músculos estén anormalmente rígidos y tensos, causando dolor y malestar, así como interfiriendo con el habla y el movimiento.
Los patrones de sinergia comienzan a surgir en la etapa 3, y se debe esperar un movimiento voluntario mínimo. También hay un aumento del movimiento involuntario en esta etapa porque el paciente puede iniciar el movimiento del músculo pero aún no lo controla.
Esto último se refuerza con la ocupación y la fisioterapia. Los músculos que sufren espasticidad severa, como los de la etapa 3 de la recuperación del ictus, no pueden ejercitarse fácilmente. Hay que enseñar a los cuidadores y a los pacientes la importancia de hacer ejercicio a diario y mantener la amplitud de movimiento. Es aconsejable evitar cualquier actividad estresante en esta etapa de entrenamiento temprano.
En esta etapa se deben realizar ejercicios de rango de movimiento pasivo (PROM) para mejorar el rango de movimiento del paciente. El tratamiento incluye hasta dónde puede moverse el cuerpo del paciente, por ejemplo doblando la rodilla hacia el pecho o levantando la mano por encima de la cabeza.
Etapa 4: Disminución de la espasticidad
En la etapa 4, la espasticidad comienza a disminuir. Los pacientes, por tanto, empezarán a recuperar el control en sus extremos y tendrán una capacidad limitada para moverse con normalidad. Los movimientos seguirán sin estar alineados con las sinergias musculares, pero esto mejora rápidamente en esta etapa.
El objetivo principal de esta etapa es mejorar el control muscular y fortalecer los músculos. Ahora puede continuar trabajando en un rango de movimiento y construyendo la fuerza de sus extremidades porque está recuperando su control motor y puede, por lo tanto, hacer movimientos controlados limitados.
No descuide el estiramiento muscular en este punto, a pesar del progreso sigue siendo importante.
Los terapeutas utilizan un rango de ejercicios de movimiento activo-asistidos (AAROM) cuando un paciente con ictus gana la capacidad de hacer movimientos controlados pero todavía necesita practicar los movimientos o hacer movimientos completos.
Los pacientes reciben apoyo de los terapeutas para hacer la sesión más fácil. Por ejemplo, el terapeuta puede utilizar su cuerpo para sujetar la extremidad o utilizar otros dispositivos de apoyo. El SaeboMAS y otros artilugios asistidos por gravedad son imprescindibles para mejorar el movimiento del paciente.
Una vez que el paciente ha recuperado el control y puede realizar varios ejercicios sin ayuda, puede comenzar los ejercicios de amplitud de movimiento activo (AROM). Estos últimos consisten en mover las zonas afectadas hasta su rango máximo, por ejemplo, rotar una muñeca o doblar un codo.
Los ejercicios de AROM conllevan varias ventajas, como el aumento de la resistencia, la fuerza muscular y la flexibilidad. Es importante tener en cuenta que los ejercicios de amplitud de movimiento deben realizarse tanto en el sector afectado como en el no afectado.
Se aconseja a los pacientes que consulten a los fisioterapeutas cuando diseñen sus ejercicios de recuperación de la fase 4. Esto es para asegurar que se les enseñe sobre las herramientas y equipos adecuados, los ejercicios correctos y la asistencia profesional en las primeras semanas.
Etapa 5: Combinaciones complejas de movimientos
En esta etapa, la espasticidad se reduce significativamente, y los patrones de sinergia son más coordinados por lo que los movimientos voluntarios son posibles y más avanzados. Aunque el paciente puede seguir teniendo movimientos anormales, éstos disminuyen seriamente en la etapa 5.
Los pacientes tendrán la capacidad de hacer más cosas por sí mismos, ya que ahora pueden controlar las extremidades afectadas e incluso moverlas deliberadamente. Los movimientos aislados en esta coyuntura también son posibles.
Cabe destacar que todos los movimientos voluntarios implican que el cerebro envíe impulsos motores para un movimiento controlado.
Los pensamientos inician las señales motoras e implican una reacción a los estímulos sensoriales. Los estímulos sensoriales que desencadenan la reacción voluntaria están localizados en muchos sectores del cerebro.
Todos los movimientos voluntarios tienen fines específicos. Son movimientos practicados que se perfeccionan a través de la repetición y requieren menos atención. Los movimientos incluyen el uso de utensilios para alimentarse, balancear un bate, peinarse, conducir un vehículo y nadar.
Etapa 6: La espasticidad desaparece
En la etapa 6, la recuperación total del paciente está a la vuelta de la esquina. La espasticidad y los movimientos anormales terminan por completo y se recupera el control motor. Un paciente en esta etapa puede mover las partes afectadas de forma coordinada en las extremidades. Esto se debe a que los patrones de sinergia se vuelven más coordinados en esta etapa.
Etapa 7: Vuelve la función normal
La etapa final del Enfoque de Brunnstrom es cuando un paciente recupera el control total en las áreas afectadas. Ahora pueden mover las manos, los pies, las piernas y los brazos de forma voluntaria y controlada.
Los pacientes tienen un control total de sus músculos, por lo que las sinergias también han vuelto a su estado normal. Llegados a este punto, tanto el paciente como el terapeuta han cumplido su meta y objetivo común.
La recuperación del ictus en 7 etapas: La espasticidad como proceso
A través de las siete etapas de la recuperación del ictus, Brunnstrom cambió toda la idea y el concepto de abordar la recuperación del ictus que las terapias ocupacionales y físicas utilizaban inicialmente. Explicó que los movimientos anormales y la espasticidad formaban parte del proceso de recuperación.
Hizo posible que los pacientes se beneficiaran por sí mismos de los movimientos anormales en lugar de ignorarlos y subvencionarlos.
En cada fase, hay sinergias crecientes para su uso. Con la ayuda del Enfoque Brunnstrom, los terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas ayudan a los pacientes a utilizar las sinergias de que disponen. A través de estas técnicas, el movimiento y las habilidades motoras se mejoran y finalmente se recuperan.
PS: No hay un proceso de recuperación del ictus verificado que se aplique a todos los pacientes. Las etapas explicadas anteriormente pueden no funcionar para todos los pacientes. Sin embargo, los terapeutas están utilizando el Enfoque Brunnstrom para ayudar a los pacientes a recuperarse, ya que se ha demostrado su eficacia. Con la mejora de la tecnología médica, los terapeutas pueden incorporar herramientas como SaeboMAS, SaeboGlove y SaeboReach con el enfoque Brunnstrom para ayudar a los pacientes a ganar independencia.
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