Si usas lentes de contacto, un buen régimen de cuidado ocular puede ayudarte a prevenir infecciones oculares. Una infección puede provocar síntomas como visión borrosa u ojos secos. Hemos elaborado esta práctica guía sobre cómo evitar y tratar las infecciones oculares para los usuarios de lentes de contacto. También puedes llamarnos para que te asesoremos gratuitamente sobre las lentes de contacto, o preguntar a nuestro óptico sobre el cuidado de los ojos. Estamos disponibles los 7 días de la semana de 8:00 a 23:59 en el 020 7768 5000 en el Reino Unido o en el 1 800 870 0741 en los Estados Unidos, o enviando un correo electrónico a [email protected].
Infecciones oculares comunes a los usuarios de lentes de contacto
Debido a que te introduces algo en el ojo con el dedo, el uso de lentes de contacto puede hacerte más susceptible de sufrir una infección ocular; esto es fácil de evitar si cuidas bien tus lentes y te lavas siempre las manos antes de ponerte las lentes de contacto.
Las infecciones pueden producirse en diferentes partes del ojo, incluyendo el globo ocular, el interior del párpado o la córnea. A continuación te explicamos a qué debes prestar atención y cómo evitarlas.
Síntomas de una infección ocular
- Dolor o hinchazón
- Enrojecimiento del ojo
- Picor
- Secreción de un moco amarillo o cremoso moco
- Visión borrosa
- Ojos secos
- Ojos llorosos
- Sensibilidad a la luz
¿Qué debo hacer si sospecho de una infección?
En el caso de que experimente alguno de estos síntomas, debe consultar a su médico de cabecera o a su óptico lo antes posible para que le diagnostiquen la afección y le proporcionen el tratamiento adecuado, que puede incluir la prescripción de medicamentos. Es importante no intentar diagnosticar una infección por sí mismo, ya que si no se obtiene el tratamiento más adecuado se puede prolongar la infección y podría provocar daños en la visión a largo plazo.
Además, puede ser necesario que su médico de cabecera u óptico envíe una muestra de su ojo para su cultivo con el fin de identificar la infección que padece. Este es el caso cuando se necesita un antibiótico concreto para tratar la infección. Un intento de autotratamiento puede dar lugar a que obtenga un medicamento de amplio espectro o genérico de venta libre que no sea eficaz para abordar su infección.
¿Puedo usar lentes de contacto si tengo una infección ocular?
Si experimenta los síntomas de una infección ocular y normalmente usa lentes de contacto, es aconsejable que se las quite y use sus gafas hasta que haya consultado a su médico de cabecera u óptico. Se le aconsejará si debe seguir sin usar las lentes y en qué momento puede reanudar su uso.
¿Pueden prevenirse las infecciones oculares?
Sin duda, las infecciones oculares suelen ser desagradables y deben evitarse en la medida de lo posible, ya que pueden inhibir su vida diaria y actividades como conducir o trabajar con el ordenador.
La medida preventiva más sensata que puede tomar es evitar el contacto cercano con una persona que sepa que tiene una infección ocular. Algunas infecciones, como la conjuntivitis, son altamente infecciosas (la Agencia de Protección de la Salud aconseja que los niños con conjuntivitis sean excluidos de la escuela o la guardería en caso de un brote). Si está en contacto con alguien que se sabe que padece una infección ocular de cualquier tipo, se recomienda lavarse las manos a fondo y desinfectarse con geles antibacterianos. También es importante que la persona afectada se lave las manos con regularidad.
Lavar la ropa de cama y las toallas que ha utilizado un enfermo es importante para restringir la propagación de una infección dentro del hogar.
Para los usuarios de lentes de contacto, mantenerlas limpias es extremadamente importante para ayudar a prevenir las infecciones oculares. Hay que tener un alto nivel de higiene de las manos e introducir en los ojos sólo las lentillas que se sabe que están limpias. Llevar lentes de contacto mientras duerme también puede contribuir a las infecciones oculares, por lo que debe quitárselas por la noche antes de acostarse.
¿Cómo se tratan las infecciones oculares?
El diagnóstico y tratamiento rápidos de una infección ocular suelen hacer que ésta desaparezca rápidamente, especialmente si la infección está causada por una bacteria, ya que responderá eficazmente a los colirios antibióticos.
Una infección vírica es más difícil de tratar y es posible que le receten medicamentos para aliviar las molestias iniciales mientras la infección se resuelve por sí misma. Las infecciones víricas más graves pueden tratarse con colirios antivirales, mientras que los esteroides pueden ser una forma valiosa de reducir la inflamación en el tejido que rodea el ojo.
Muchos tratamientos se suministran en forma de gotas que se aplican directamente en el ojo, mientras que en algunos casos su médico de cabecera u óptico puede recetar medicamentos orales. Es importante seguir cuidadosamente las instrucciones de dosificación y, en el caso de que la infección muestre pocos signos de mejora, que consulte de nuevo a su médico de cabecera u óptico.
¿Cuáles son las infecciones oculares más comunes?
Existe una gran variedad de infecciones oculares causadas por diferentes bacterias, virus u hongos:
- Conjuntivitis: La conjuntivitis, una infección común y muy contagiosa (también conocida como «ojo rojo»), suele ser frecuente en colegios, guarderías y otros lugares donde se mezcla un gran número de niños. Se caracteriza por la inflamación de la conjuntiva, la fina capa de tejido que cubre la parte delantera del ojo. Los síntomas incluyen enrojecimiento, picor y una secreción amarilla (que puede empeorar al despertarse del sueño). La causa puede ser una infección bacteriana o vírica o una reacción alérgica al polen o a sustancias como el champú.
- Queratitis vírica (inflamación de la córnea): Una variedad de otras infecciones víricas pueden causar síntomas parecidos a la conjuntivitis, como el virus del herpes simple o el adenovirus.
- Queratitis fúngica: Las infecciones oculares por hongos están relacionadas con el hongo Fusarium, que se encuentra habitualmente en las sustancias orgánicas. Ser pinchado en el ojo por una rama de árbol, por ejemplo, puede transferir el hongo al ojo de una persona donde puede residir causando una infección, cuyos síntomas incluyen dolor, enrojecimiento, secreción y visión borrosa.
- Queratitis por Acanthamoeba: Aunque es menos común, la infección por Acanthamoeba Keratitis puede ser potencialmente grave y amenazar con causar daños a largo plazo en la vista de quien la padece. A menudo causada por un parásito que entra en el ojo, los usuarios de lentes de contacto son más propensos a esta infección si no se observan unas buenas normas de higiene y no se siguen los consejos de seguridad, como no llevar lentes mientras se nada.
- Endoftalmitis: La mayoría de las infecciones oculares son superficiales y sólo afectan al tejido exterior del ojo, pero en algunos casos una infección más grave puede penetrar en el ojo, cuyo resultado puede ser grave. La endoftalmitis, que es una lesión del ojo y, en casos raros, una complicación del tratamiento de las cataratas, requiere un tratamiento antibiótico urgente. Los síntomas iniciales pueden incluir la pérdida o el empeoramiento de la visión, el dolor, el enrojecimiento y la hinchazón. A medida que la infección avanza, los síntomas -que pueden ser más leves- incluyen visión borrosa, dolor ocular y sensibilidad a la luz.
- Tracoma: Menos común en los países desarrollados, el tracoma es una de las principales causas de ceguera en muchas zonas no desarrolladas del mundo y los viajeros deben ser conscientes de la posibilidad de infección que se propaga por las moscas en lugares donde el saneamiento es deficiente. El tracoma provoca cicatrices en la parte interna de los párpados, lo que a su vez hace que éstos se replieguen sobre sí mismos; el contacto entre las pestañas y el tejido sensible de la córnea puede causar daños irreparables, siendo la ceguera una consecuencia común.
¿Cuáles son las complicaciones de las infecciones oculares?
Una infección que penetre en el exterior del ojo puede dar lugar a complicaciones más graves, como un orzuelo, la obstrucción de los conductos lagrimales, úlceras de la córnea, celulitis orbital, deterioro de la visión y ceguera.
Aunque las complicaciones graves son menos frecuentes, cualquier sospecha de infección ocular debe ser evaluada con urgencia por un profesional médico para que pueda recibir el tratamiento adecuado lo antes posible.